Según cuenta la tradición cristiana, Gaspar, Melchor y Baltasar, los tres Reyes Magos, llegaron hace más de 2,000 años a celebrar el nacimiento del niño Jesús portando tres regalos: oro, incienso y mirra, todos, compuestos curativos.
Los tres venían de países lejanos y fueron guiados por una estrella hasta el pesebre en Belén. Y allí Melchor entregó la mirra, Gaspar el incienso y Baltasar el oro.
En estos tres regalos se basa la tradición que se practica aún hoy en día en Navidad. Pero ¿para qué servían el oro, la mirra y el incienso?
Desde hace miles de años se conocían sus beneficios curativos y hoy en día estos productos tienen todavía una gran utilidad en la medicina moderna.
Oro
La importancia del oro era tan obvia hace más de 2,000 años como lo es ahora. Pero además del valor que se le ha otorgado en todas las culturas y épocas, el metal ha sido utilizado desde hace miles de años como componente de variados tratamientos medicinales.
Su aplicación más obvia ha sido en restauraciones dentales, pero el oro se usa también en las conexiones de dispositivos médicos como marcapasos y otros artefactos utilizados en el tratamiento de enfermedades cardíacas.
Gracias a su alto grado de resistencia a la colonización de bacterias, el oro también se ha usado para implantes donde existe un alto riesgo de infección, como el oído interno.
Pero quizás su aplicación más antigua ha sido como componente de fármacos para el tratamiento de enfermedades como la artritis reumatoidea.
El científico francés Jacques Forestier descubrió en 1929 las propiedades del oro como antiinflamatorio.
Estudios más recientes comprobaron que las sales del oro inhiben la producción de una molécula que provoca la inflamación responsable de la artritis cuando se acumula en cantidades excesivas en las articulaciones de manos y pies.
En las últimas décadas se ha descubierto que esa misma molécula también parece ser responsable de otras enfermedades inflamatorias e infecciosas, incluido el VIH.
Y científicos de la Universidad Nacional de Singapur patentaron en 2003 un complejo farmacéutico basado en oro para el tratamiento de cáncer.
El profesor Leung Pak Hing descubrió que los complejos de oro y fosfina podrían tener beneficios como agentes antitumorales en tratamientos quimioterapéuticos y actualmente se llevan a cabo ensayos clínicos para comprobarlo.
Incienso
Se dice que el incienso tiene propiedades calmantes.
El incienso es una resina vegetal del árbol de la Boswellia que al arder desprende un humo aromático que ha sido utilizado durante miles de años para fines religiosos, terapéuticos y en la producción de perfumes.
En China y Japón se ha usado en los rituales de adoración de deidades, porque se piensa que el humo puede llevar las oraciones al cielo.
Se dice que el incienso tiene propiedades calmantes y en la antigüedad se le usaba para tratar la melancolía (hoy llamada depresión).
En la medicina ayurvédica de India se le usa para tratar la artritis y ha sido muy estudiado para comprobar su potencial curativo en asma, osteoartritis, enfermedad de Crohn y colitis.
Y un estudio en 2008 de las universidades Johns Hopkins en Estados Unidos y la Hebrea de Jerusalén revelaron que el humo del incienso aliviaba la depresión y ansiedad en ratones y que el responsable era un compuesto llamado acetato de inciensola.
Aunque no se ha podido comprobar los beneficios del incienso para estas enfermedades en humanos, sí se sabe que es efectivo como repelente de mosquitos.
Mirra
La Commiphora myrrha es una de las plantas de las que se extrae mirra.
Mirra significa “amargo” en árabe y durante miles de años esta resina y extracto de planta ha sido considerada un producto curativo debido a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
En medicina china se le ha usado durante siglos para curar heridas, cicatrices, sangrado y para aliviar la inflamación.
Los antiguos egipcios lo usaban también para embalsamar a sus muertos y durante mucho tiempo fue considerado un producto más valioso que el mismo oro.
Hoy la mirra ya no es tan famosa como tratamiento farmacéutico.
Un fármaco basado en derivados de la planta fue producido en Egipto y presentado como una “cura milagrosa” para la esquistosomiasis, una enfermedad parasitaria de países en desarrollo.
Pero la medicina fue rápidamente descalificada en estudios científicos que concluyeron que no era realmente un agente antiesquistosoma.
La mirra, sin embargo, sigue siendo muy usada en la industria cosmética, que afirma que el producto tiene propiedades antienvejecimiento.
De hecho, el incienso y la mirra son la base de los productos de belleza más populares en esta época del año, que incluyen lociones “revitalizantes”, bálsamos corporales y sueros para la “juventud instantánea”.