1. Cuida de tu trabajo por encima de todo. Las necesidades personales y de tú familia son secundarias.
2. Trabaja los sábados todo el día, y si puedes también los domingos.
3. Si no puedes quedarte en la oficina por la noche, llévate el trabajo a casa y quédate trabajando hasta bien tarde.
4. En lugar de decir no, di que sí a todo lo que te pidan.
5. Procura formar parte de todas las comisiones, comités, directivas y consejos y acepta todas las invitaciones a conferencias, seminarios, foros, encuentros, reuniones, simposios, etc.
6. No te permitas el lujo de un desayuno o una comida con tranquilidad. Por el contrario, no pierdas el tiempo y aprovecha las horas de las comidas para hacer negocios o celebrar reuniones importantes.
7. No pierdas tiempo haciendo ejercicios, deporte, gimnasia, nadando, pescando, jugando al fútbol o al tenis. Después de todo, eso son solo tonterías que no aportan nada. El tiempo es dinero.
8. Nunca cojas vacaciones, no las necesitas. Recuerda que eres de hierro.
9. Centraliza todo el trabajo en ti, controla y revisa todo para que no haya ni un error. Delegar es pura tontería, tú eres insustituible.
10. Si sientes que estás perdiendo el ritmo, que te falta respiración, que te duele el estómago o que la cabeza no va bien, simplemente tómate estimulantes, enérgéticos y antiácidos. Te dejarán como nuevo, listo para estrenar.
11. Si tiene problemas para dormir, no pierdas el tiempo: tómate tranquilizantes y sedantes de todo tipo. Actúan con rapidez y son baratos.
12. Y, finalmente, y muy importante: no te permitas tener momentos para la oración, meditar y hablar con Dios , escuchar buena música o reflexionar sobre tu vida. Eso es para crédulos, débiles y tontos sensibles. Repite siempre para ti: ¨yo no pierdo tiempo en bobadas".
Siguiendo estos pequeños pasos de seguro de garantizaras un buen infarto de corazón en menos tiempo de lo que te imaginas.
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