Es frustrante la necesidad qué tenemos de conocer las razones, los porques, y los por cuantos. Pero las necesitamos, porque sólo con ellas sabemos cuándo debemos cerrar un capítulo, cambiar un libro; o simplemente terminar o dejar de leer.
Es detestable dejar a nuestra imaginación la búsqueda de una respuesta, una respuesta que aunque la busques, no la encuentras, y acaso ¿no es mejor qué la digan?
Porque se esconden y no son sinceros, y te dicen la verdad de una vez, en vez de quedarse en silencio, pero que se puede esperar de unas personas que no te tratan como merece cualquier ser humano. Todos merecemos una explicacion.
Y es mejor que nos las den, porque si la encontramos por nosotros mismos, y no nos gusta; entonces es mejor que nunca más no esperen de vuelta.
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