Mientras estuve en Canarias en mi ultimo viaje, muchas cosas ocurrieron y entre ellas sucedió algo imprevisto. No tenia planeado lo que ocurrió.
Días antes de mi viaje, estaba comprando los detalles que quería llevar, pasando por una estantería los ojos me llevaron a ellos, los chocolates que tanto le gustaban a ella. Nunca pensé en volverla a ver, solo pensé en llevarlos y dejárselos en la puerta, sin decir nada, que cuando ella los viera supiera que había estado allí.
Pase por la puerta de entrada de su edificio, me detuve y espere a que alguien abriera, pero no, nadie salia. Pasaban los minutos y nada, hasta después de dos horas, me canse de esperar, me estaba derritiendo del calor junto a los chocolates.
Tenia su numero, su viejo numero, ya habían pasado dos años desde la ultima vez, y procedí a marcarlo contestando ella...
Le dije que estaba allí cerca y que solo quería entregarle un obsequio, que solo me abriera la puerta del portal, y que no abriera la puerta de su apartamento hasta que me fuera. No venia a pedirle nada, y menos una oportunidad ni una explicación, solo dejarle un obsequio en su puerta.
Subí las escaleras y cuando iba a doblarme, la puerta se abrio y era ella, ella tal y como la recordaban mis ojos, me quede mudo, sin palabras al verla allí hasta que ella me dijo "hola".
Le entregue los chocolates y solo le dije que eran para ella, pues me acorde de ella cuando los vi en aquella estantería. Mi corazón estaba a mil cuando su mano rozo mi mano para tomar el obsequio que le traía.
Volvió a hipnotizarme su cara, su pelo, sus ojos y sus labios, dije adiós y me dirigí a la escalera, empece a dar pasos hacia abajo lentamente, tenia ganas de regresar y abrazarle, de besarle, de no soltarle nunca, mientras oía la puerta cerrarse tras de mi.
Y le volví a ver, le volví a soñar y le volví a dejar atrás...
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