Siempre hay algún punto de la vida en el que recibimos golpes bajos, momentos en los que sentimos que se nos rompe el corazón. Pero aunque aparentamos debilidad, somos fuertes, y nuestro corazón también.
Nuestro corazón no muere por un mal amor, y hasta el fin de nuestros días siempre tendrá la oportunidad de seguir brillando y amando como un corazón valioso.
Al hablar de corazones de segunda mano, es fácil deducir que ya nos han destrozado nuestro corazón, ese corazón que confiaba y se entregaba, no sólo por la pareja sino por las personas que nos rodeaban.
El ser humano tiene el poder de reinventarse cada vez que cae, tiene la capacidad de volver a comenzar, y puede volver amar con la misma fuerza que el primer amor y aprende de los errores, con lo que en la segunda oportunidad, sin duda será más precavido antes de entregar su corazón en amores que después no se llevan a cabo.
Tener un corazón de segunda mano no quiere decir que esté malo o defectuoso. Sólo que ya se usó con otra persona, las cosas no siempre salen como se quisiera, a lo largo del camino siempre hay errores y caídas y el corazón es el primer órgano que se ve afectado por las heridas que causa un mal amor, o un amor rechazado.
Pero eso no quita que dejemos de creer en las personas, cuando no debiera ser así.
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