Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que un día una grande ventisca destruyo su guarida, el árbol podrido fue tragado por el cieno y el se percato el se percato que podría morir.
En un deseo repentino por salvarse comenzó a mover sus alas con gran fuerza tratando de emprender el vuelo. Le costo mucho trabajo pues ya había olvidado como volar, pero se enfrento al dolor del entumecimiento hasta que logro levantar vuelo y cruzar el inmenso cielo llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso.
Los problemas son como el gran viento que destruye tu guarida, tu hogar y te hacen levantar el vuelo aunque temas a volar por evitar morir.
Nunca es tarde, no importa lo que hayas vivido, no importa las oportunidades que hallas dejado pasar, ya no importan los errores cometidos, Ni la edad. Siempre estamos a tiempo para decir ¡¡Ya Basta!! Para oir El llamado que tenemos de buscar la perfección, de sacudirnos el cieno y volar alto y muy lejos del pantano.
¡¡¡Atrévete!!!
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