He aprendido a besar hasta gastarme los labios y a querer hasta lo ultimo aunque no sea querido, a que los deseos y sueños se cumplen con mucha fé, y a que los mejores regalos de Dios son las peticiones y sueños no contestados...
A que lo que verdaderamente cuenta en la vida, no son las cosas materiales que tengo alrededor, ni el dinero, ni el titulo, ni los premios o condecoraciones, sino las personas que tengo alrededor... que cuando necesito, están allí...
Las que sin llamarlas, llegan y que cuando las llamo, llegan también... Son aquellas personas que se acuerdan de mi aunque sea un día al año, que me quieren como soy y han aprendido a aguantar mis errores y mis tonterías (que son muchas)...
Son las que no dicen cuanto te quieren, sino que lo demuestran con sus actos... Son lo que cuando han tenido que hablarme fuerte para enderezar mis pasos, lo han hecho, pues desean mi bien... Son los que no me dan halagos para tenerme contento, sino que les sale del corazón y que son sinceros...
Y he de seguir aprendiendo, pues si creo que lo se todo, entonces no he aprendido nada...
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