Esa sensación cuando empiezas a conocer a alguien. Que dan ganas de pasarte horas hablando con esa persona especial que, de repente y sin esperarlo, entra en tu vida y que, sin saber por qué, ni como, sientes que era lo que necesitabas o lo que buscabas.
Todo encaja como si la conocieras hace años. Todo fluye con una naturalidad y facilidad que llega a asustar. Pero de donde ha llegado ella, de donde ha salido o donde estaba.
Y de la manera que ha sucedido, mas casualidad que nada... y Aunque tengo miedo de dar mi corazón otra vez para nuevamente ser herido por unos ojos bellos , pero y ¿si no me arriesgo y ella es la que esperaba mi vida? El miedo aveces hace mas daño que el dar el primer paso.
Dicen que el que no arriesga no gana. Cada día estoy más convencido de hacerle caso a lo que esta empezando a sentir mi corazón.
Esas ganas de besos y caricias suaves, abrazos y amores dulces bajo la luz de las estrellas. Esas ganas de dejar atrás la soledad y disfrutar nuevamente del amor como un niño chico.
Esa mezcla de curiosidad, ganas y miedo. De querer más, de empezar algo con alguien que parece ser la elegida para que dure por el resto de tus días.
Me siento con aire fresco, aire nuevo que empujan hacia delante y me muestra el camino hacia ella.
Quieres compartir las cosas normales, comer con ella, ver la tele tirados en el sofá o el piso, despertarse, dormirse, ducharse, pasear y reírnos hasta que nos duela la barriga. Es una locura, lo se.
A veces la ilusión mata, pero el nunca saber que habría pasado, te hace mas infeliz toda una vida...
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