lunes, 9 de mayo de 2011

Camellos en el desierto

Hace muchos siglos un hombre árabe, conocido por su sabiduría, caminaba un día de viaje cuando se encontró en la mitad de un camino a 3 hombres que discutían frente a un lote de camellos.


Y al detenerse el hombre sabio y preguntarles el motivo de la discusión, uno de los alegadores le respondió lo siguiente: 


Somos hermanos y hemos recibimos estos 35 camellos como herencia de nuestro padre, que acaba de fallecer. Yo, porque soy el mayor, debo quedarme, conforme a la voluntad de mi padre, con la mitad de los 35 camellos. Este, que es el segundo, debe recibir la tercera parte. Y aquel, que es el menor, la novena parte de los treinta y cinco camellos”.


“Pero es imposible hacer tales cálculos según lo dispuesto por mi padre, - respondió otro de los 3 hermanos.


El hombre sabio pensó por un momento, tomo su camello y lo agrego al lote de los 35 camellos y les dijo - Señores, agregando mi camello se suman 36”.


Los otros se quedaron sorprendidos por la generosa actitud de aquel hombre, pero aguardaron callados a que la esclareciera. 


Agregando mi camello a los de ustedes, hacen treinta y seis. De modo que, tú, el hermano mayor toma la mitad que te corresponde”.


Y así hizo el sabio, separando para el mayor de los hermanos la mitad de 36, o sea, 18 camellos.


Volviéndose, enseguida, al segundo hermano, prosiguió: “Tú debías recibir la tercera parte. Siendo treinta y cinco camellos, no habría sido posible que la recibieras, pues la tercera parte de treinta y cinco son once y pico. Y los camellos no tienen pico. Pero ahora, con el que agregué a los de ustedes, suman treinta y seis y la tercera parte de 36 son 12. Ahí van tus doce camellos”.


Queda por darte tu parte” - le dijo el sabio al último hermano, según el testamento de tu padre, te toca la novena parte y la novena parte de 36 son 4 camellos , así que tómalos”.


Y el menor de los hermanos los tomó, muy contento. 


Entonces, el hombre sabio sumó los camellos que había repartido y dijo: “Pues ya has recibido dieciocho camellos tú, doce el segundo hermano y cuatro camellos el menor, han recibido cada uno más de lo que les hubiese correspondido al ser sólo treinta y cinco camellos.


Sumemos nuevamente, 18 más 12 son 30 mas 4 son 34 en total. Quiere decir que de los treinta y seis camellos sobran dos. Uno es el que yo puse. Y el otro, el que me corresponde por haberlos ayudado a resolver el problema”.


Y el sabio dejó a todos los hermanos contentos y, montando en su camello nuevamente, se fue con el otro camello que había ganado por su ayuda.





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