Ya ha pasado mucho tiempo desde que la mujer a la cual le había entregado mi vida, mi alma, mi amor, me dijo que ya no quería estar a mi lado, que me amaba pero no podía vivir más a mi lado. Sé que es una contradicción porque mayormente cuando se acaba el amor es que uno decide dejar a una persona.
En este tiempo han pasado muchas cosas que nos han separado mas. Decidí regresar a mi familia y empezar de nuevo. Se me ha hecho difícil, cerré mi corazón y decidí a no volverme a enamorar.
Yo pensé que jamás me volvería a enamorar, que ya se habían terminado los sueños, las ilusiones y el amor. Seguia viendo los ojos de la que fue mi esposa llenos de odio y llenos de mentiras. Ella había llenado de dolor y de ira mi corazón y mi alma. Ella hizo arrepentirme de todo y me hizo pensar que había sido el culpable y que no merecía ser feliz.
Yo lo había dejado todo por ella y había estado dispuesto a entregarle el cielo con estrellas y firmamento si me lo hubiese pedido. Ame por encima de mi capacidad, hasta lo sumo y que no habría nadie que pudiera cambiar mi destino, estaba destinado a vivir sin amor, pues había perdido mi oportunidad, a la cual jugué todas mis fichas.
Pero un día, no se aun como, volvió ella a llegar a mi vida, regreso y se cruzo por mi camino. Y sin darme tiempo a pensarlo volví a sentir ese cosquilleo en el estomago, eso que algunos llaman ¨mariposas en el estomago¨ y volví a sentir que alguien movía los muebles de mi corazón.
Hacia más de 10 años que no le veía, un amiga de la cual no sabia nada y fue como si nunca le hubiera perdido el rastro, y senti en mi corazón como si nos hubieranos querido desde el principio. El tiempo compartido con ella, ha transformado mi corazón, el cual estaba como muerto después de una traición, de un maleficio, de una puñalada trapera.
Y aquí estoy, enamorado como si fuera la primera vez, embrujado por sus ojos, por la pureza y dulzura de su alma y de su corazón. Ella llego a mi vida cuando yo me sentía como un desierto, vacio, seco, desolado, muerto.
Pero ahora que ella esta, siento más cerca el haber encontrado a mi amor verdadero. A alguien que me quiere por lo que soy y no por lo que quiera que yo sea, o lo que esperan que puedan cambiar. Siento que le amo con todo mi ser, y a Dios le doy toda mi gratitud por haber puesto en mi camino a una mujer noble, generosa, sincera, cariñosa y amante de verdad de las cosas buenas que Dios nos da.
En su sonrisa y en sus ojos veo la paz, sinceridad, amor y lealtad que necesito y que nunca he tenido.
Gracias porque ella existe, por quedarse cuando le dije que temía enamorarme de nuevo y cuando le dije que no quería volver a dar mi corazón.
Gracias porque ella existe, por quedarse cuando le dije que temía enamorarme de nuevo y cuando le dije que no quería volver a dar mi corazón.
Gracias linda por dejarte querer y por quererme.
Espero que Dios nos bendiga con todo aquello que los dos queremos y necesitamos y que nuestro amor perdure por siempre.
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