miércoles, 28 de marzo de 2012

Helado para el alma...

La semana pasada llevé a mis niños a un restaurante. Mi hijo de 6 años de edad preguntó si podía dar las gracias. Cuando inclinamos nuestras cabezas el dijo:


- "Dios es bueno, Dios es grande. Gracias por los alimentos, yo estaría aún más agradecido si Mamá nos diese helado para el postre. Libertad y paz para todos. Amén"


Junto con las risas de los clientes que estaban cerca, escuché a una señora comentar: 


- "Eso es lo que está mal en este país, los niños de hoy en día no saben como orar, pedir a Dios helado... ¡Nunca había escuchado esto antes!


 Al oír esto, mi hijo empezó a llorar y me preguntó: 


- "¿Lo hice mal? ¿Está enojado Dios conmigo?


 Sostuve a mi hijo y le dije que había hecho un estupendo trabajo y Dios seguramente no estaría enojado con él. 


 Un señor de edad se aproximó a la mesa. Guiñó su ojo a mi hijo y le dijo: 


- "Llegué a saber que Dios pensó que aquella fue una excelente oración". 


- "¿En serio?" - Preguntó mi hijo. 


-"¡Por supuesto!" - contesto el señor.


Luego en un susurro dramático añadió, indicando a la mujer cuyo comentario había iniciado aquel asunto: 


- "Muy mal, ella nunca pidió helado a Dios. Un poco de helado, a veces es muy bueno para el alma". 


 Como era de esperar, compré a mis niños helado al final de la comida. Mi hijo se quedó mirando fijamente el suyo por un momento y luego hizo algo que nunca olvidaré por el resto de mi vida. Tomó su helado y sin decir una sola palabra avanzó hasta ponerlo frente a la señora. Con una gran sonrisa le dijo:


- "Tómelo, es para usted. El helado es bueno para el alma y mi alma ya está bien". 



La viga de madera...

Un Sabio extendió una viga de madera sobre el piso, y les dijo a sus alumnos que debían atravesarla sin tocar el suelo. 


Todos lo lograron fácilmente y hasta repitieron jugando. Esa noche les advirtió que al día siguiente, esa misma viga sería colocada encima de un estanque, en cuya agua vertería un ácido muy fuerte que quemaba la piel, de tal forma que quién cayera al agua sufriría quemaduras.


Esa noche los alumnos no durmieron pensando en la peligrosa prueba. Llegada la hora matutina, el Sabio les dijo que debían atravesar el estanque, caminando sobre la viga. 


Temblando e inseguros, comenzaron a cruzar y la mayoría cayó al estanque con ácido. De inmediato los sacaron y éstos comenzaron a sentir ardores y algunos les salieron sarpullidos.


El Sabio no les dejó sufrir mucho y sonriendo les dijo: 


"La piscina carece de ácidos, solamente le eché tinta verde."


Esta pequeña historia nos muestra que el miedo hace estragos en el organismo y en nuestras vidas.


Por eso la importancia de eliminar de nuestro interior, miedos, creencias limitantes y bloqueos. Nos debemos de llenar de una confianza absoluta, libre de cualquier duda, nuestro estado de ánimo y nuestra actitud son importantes ante cualquier reto, ante cualquier experiencia.




¿Cuáles son tus miedos hoy? ¿Qué cosas te paralizan y lastiman? Es fundamental que puedas identificarlos, y así como los alumnos de la historia modificaron su conducta por miedo a caer en el estanque, así nuestra vidas se modifican por nuestros propios miedos...


Ángel sin alas...


Siempre di lo mejor de mi. 

Pero nunca comprendí. 

Porque la vida es así. 

Me enamore de un lucero. 

Que brillaba en el cielo. 

Pero no pude alcanzarlo. 

Porque estaba muy lejos. 

Me enamore de una estrella. 

Me enamore de la luna. 

Pero jamas pude alcanzar a ninguna. 

Cuando anhelo lo que quiero . 

Se me escapa como el agua entre los dedos. 

Mi corazón esta tan lastimado. 

Y tan herido. 

Que no se si tenga fuerzas. 

Para cargarlo conmigo. 

Soy un ángel sin alas. 

Que jamas alcanzara el cielo. 

Porque para mi esta muy lejos.


martes, 27 de marzo de 2012

Sonrio...

Sonrió....


Aunque la vida me golpee. Aunque no todos los amaneceres sean hermosos. Aunque se me cierren las puertas. Sonrío...


Sueño....


Porque soñar no cuesta nada y alivia mi pensamiento. Porque quizás mi sueño pueda cumplirse. Porque soñar me hace feliz.


Lloro...


Porque llorar purifica mi alma y alivia mi corazón. Porque mi angustia decrece, aunque sólo sea un poco. Porque cada lágrima es un propósito de mejorar mi existencia.


Amo...


Porque amar es vivir. Porque si amo, quizás reciba amor. Porque prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado nunca.


Comparto...


Porque al compartir crezco. Porque mis penas, compartidas, disminuyen. Y mis alegrías se duplican.


¡ A Pesar de Todo ¡


¡¡¡Sonrío, sueño, lloro, amo, comparto , vivo!!!



Mis errores...

Tengo una cajita donde voy echando cada uno de mis errores. Muchas veces vuelvo a ella y hago inventario de cada uno de ellos.


Muchas veces no entiendo como unos planes e ideas tan buenas, se convirtieron en desastres. Han sido muchas, yo de cariño, le llamo mi cajita, pero, ocupan tanto que no las puedo encajonar dentro de ninguna estructura. 


A veces saco uno de mis errores, con planos incluidos, de todo aquello que pensé hacer y de su respectiva hoja de ruta. Aun repasándolas varias veces, no entiendo donde falle o que fallo. Es mas podría apostar que si volviera a intentarlo, saldría perfecto y sin errores.


Aun no entiendo muchas cosas de mi vida, solo se que he sido feliz muchas veces, he visto la tristeza otras muchas, he sentido el dolor pero también he disfrutado de lo bueno y agradable de la vida,


No se donde este mañana o si deberé añadir algo mas al inventario de mi cajita, me imagino que si, solo se, que quiero disfrutar cada día, como el que disfruta del olor de una rosa aunque se clave una que otra espina.


Mejor es haber intentado y fallado, que jamas saber si hubiese funcionado... 


Pero creerme, que la cajita de las cosas bien hechas y que han salido bien, es aun mas grande...

¿Que quiero?...

Quiero, además de contarte, de decirte, de hablarte, de plantear mis pensamientos, además quiero:


Quiero a alguien que me quiera, que me escuche, que me entienda, que sueñe conmigo cada noche, que desee que llegue el momento de vernos y estar juntos, que no le importe nada mas que estar junto a mi.


Que se sienta la persona más afortunada del mundo cuando este a su lado, que cuando estemos lejos no pare de pensar en mi, en llamarme, en enviar mensajes de texto, que sienta que le falto.


Que estando juntos me mire, me desee, que solo quiera estar conmigo, que no mire a nadie más, que me quiera tal y como soy, que sonría cuando este a mi lado.


Que le importe mas que yo este a su lado, y no que las cosas estén fuera de lugar o deje la tapa del water arriba, y que salir con sus amigas o estar con su madre.


Que sea capaz de darlo y de dejarlo todo por mí, que me muerda los labios y el cuello, sólo para que yo le devuelva el mordisco, que me quiera solo para ella, que cuando me prometa que siempre estará a mi lado, lo cumpla...


Y sobre todo me ame y que sus promesas no sean solo palabras al viento...

Lágrimas...

Clavaste un puñal
en mi corazón , en mi alma,
te encargaste de que fuera profundo
y te encargas de abrir las heridas
de hacerlas aun mas profundas
que mutilan, que adormecen
que estremecen .


Mis lágrimas secan mis heridas,
las sana.
me acarician el rostro,
con suavidad, con dulzura.
con aquello que me negaste.


Lagrimas que me liberan,
que dan aliento,
que transforman
la tristeza en alegría,
que limpian heridas,
que curan los recuerdo
y los deja solo en eso,
recuerdos.


Lágrimas que ayudan
a cicatrizar, que hacen olvidar,
dando paso al nuevo amanecer.
a la nueva vida,
a nuevas estaciones..


Enviado por JL.



De sangre azul...

Hoy mirándome las manos y los brazos envejecido por el tiempo, veo reflejadas los canales por donde recorre la vida. La venas que llevan el oxigeno a cada celula atraves de la sagre.


Es curioso ver que son de color azul. Pero si la sangre es de rojo intenso a ocre, o al menos asi la he visto cada vez que me corto o me sacan sangre para el laboratorio.


Y me pregunto entonces, ¿Seré de sangre azul?, que va si he visto miles de veces mi sangre recorrer mi piel por fuera y es completamente roja.


Aunque sí que es mas que cierto que existe la sangre azul, pero sólo existe en otros animales, como por ejemplo los moluscos, que en lugar de tener hierro en la sangre como nosotros, ellos tienen cobre. Pero la humana parece azul desde afuera aunque no lo sea por razones que nada tienen que ver con la composición de la sangre.


Pues me entra la curiosidad, que no se por donde entra ni como, pero bueno, entra. Y busco en internet y que mas que un "mata burro" para conocer de estas tonterías y alguna otra mas, se ha convertido en una cuna de "vagos", que lo unico que saben hacer es "copy and paste" (copiar y pegar), para hacer sus trabajos de escuela o universidad, pero volviendo al tema de mis dudas.


La explicación la encuentro, y según cuentan que en los años noventa y tras los estudios e investigación del un tal Dr. Lothar Lilge y su equipo de Ontario Laser and Light Wave Research Centre de Canadá, que al parecer tenían la misma duda tonta que yo.


Pues el estudio indico que cuando la luz incide en la piel, las longitudes de onda más largas y más rojas penetran en mayor profundidad y son absorbidas por los vasos sanguíneos.


Por esa razón, la luz que se refleja en la piel a través de un vaso sanguíneo cuenta con una alta proporción de las longitudes de onda más cortas en las cuales se produce el espectro azul-violeta.


El efecto se confirma en los gente de tez obscura, ya que la melanina característica del color de la piel absorbe prácticamente todas las longitudes de onda de la luz en la superficie de la piel.


Y entonces me llega otra duda, las mujeres que están esperando a su Príncipe azul, ¿deben seguir esperandolo o cambiarlo de color?

viernes, 23 de marzo de 2012

La luna orgullosa...

La luna es una esfera muy grande, y que era muy orgullosa y prepotente. Tan prepotente era La luna, que pensaba que era la única que existía en este mundo. Vivía pensando: 


"Soy la más grande, soy la única que vivo aquí. Soy la elegida por el universo para existir…"


La luna nunca había visto nada más que a ella misma, nunca hablaba con nadie, y esto era porque cuando estaba despierta no veía nada del mundo, ya que el resto del mundo estaba oscuro, y cuando estaba dormida aparecía todo el universo ante sus ojos, pero ella no lo veía.


Un día, un pájaro despistado salió de la Tierra y pasó cerca de la luna, cuando ésta estaba dormida, y el revolotear de las alas del pájaro hizo que se despertara la luna.


La luna, muy enfadada porque le habían despertado, dijo: 


"No puede ser... ¡¡ Si yo estoy sola en el mundo!!"


Y el pájaro le contestó: 


"¿Sola? Mira a tu alrededor y verás la cantidad de cosas que existen."


Entonces, se dio cuenta de que era un pequeño satélite dentro de un gran universo lleno de estrellas, planetas y seres vivos.


La luna nunca más volvió a pensar que estaba sola en el mundo y que había sido elegida por el universo, pues había muchas más cosas en él.


Comprendió que debía ser más humilde y no pensar que ella era la mejor, y así dejó de ser orgullosa y prepotente y fue una luna humilde y feliz.


Y por eso, la luna tiene ahora esa sonrisa que solo unos pocos podrán llegar a ver si se fijan bien...




Mucha gente es como era la Luna. Viven la vida pensando que son lo mejor o el "ombligo" del mundo y que se le debe rendir mas que respeto.  Son personas que algun dia tendran que tragarse su orgullo sin azucar y sin agua... Amargamente y seca...


Aprende a ser humilde...

La gatita encantada...

Erase un príncipe muy admirado en su reino. Todas las jóvenes casaderas deseaban tenerle por esposo. Pero el no se fijaba en ninguna y pasaba su tiempo jugando con una preciosa gatita, junto a las llamas del hogar.


Un día, dijo en voz alta:


- "Eres tan cariñosa y adorable que, si fueras mujer, me casaría contigo."


En el mismo instante apareció en la estancia el Hada de los Deseos Imposibles, que le contesto:


- "Príncipe tus deseos se han cumplido..."


El joven, deslumbrado, descubrió junto a el la gatita convertida en una bellísima muchacha.




Al día siguiente se celebraban las bodas y todos los nobles y pobres del reino que acudieron al banquete se extasiaron ante la hermosa y dulce novia. 


Pero, de pronto, vieron a la joven lanzarse sobre un ratoncillo que zigzagueaba por el salón y zampárselo en cuanto lo hubo atrapado.


El príncipe empezó entonces a llamar al Hada de los Deseos Imposibles para que convirtiera a su esposa en la gatita que había sido. Pero el Hada no acudió, y nadie nos ha contado si tuvo que pasarse la vida contemplando como su esposa daba cuenta de todos los ratones de palacio.




Muchas veces deseamos algo en nuestras vidas, con tanta fuerzas, que no nos paramos a pensar en las consecuencias que esto trae a nuestras vidas y los cambios que producimos a los demás. Podemos querer y trabajar por algo, pero debemos ser conscientes de que todo acto tiene una reacción y que toda acción una consecuencia.

domingo, 18 de marzo de 2012

La tristeza y la furia...

Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades de azul y verde se reflejaban pura y de forma permanente.


Hasta aquel estanque mágico y transparente se acercaron una vez la tristeza y la furia para bañarse en mutua compañía.


Las dos se quitaron sus vestidos y desnudas  entraron en el estanque. La furia, que tenía prisa, como es su costumbre, con prisa y sin saber por qué, se bañó rápidamente y más rápidamente aún salió del agua.


Pero la furia que es ciega o por lo menos no distingue claramente la realidad, desnuda y apresurada, se puso al salir, el primer vestido que encontró.


Y sucedió que aquel vestido no era el suyo, sino el de la tristeza. Y así vestida de tristeza, la furia se fué.


Muy calmada y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde estaba, la tristeza terminó su baño y sin ninguna prisa, sin conciencia del paso del tiempo, con pereza y lentamente salió del estanque.


En la orilla se dió cuenta de que su ropa ya no estaba. Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo. Así que se puso la única ropa que había junto al estanque: el vestido de la furia.


Cuentan que desde entonces muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada. Pero si nos ponemos a mirar bien, nos damos cuenta de que esta furia que vemos es sólo un disfraz y que detrás del disfraz de la furia en realidad, está escondida la tristeza.

viernes, 16 de marzo de 2012

La caperucita y el lobo feroz...

Ha salido el fallo judicial de la causa del Estado (Caperucita Roja) vs El Lobo Feroz.


Visto y considerando:


1) Que Caperucita no desconocía que podía encontrarse con el Lobo.


2) Que tampoco era ajena al hambre del Lobo, ni a los peligros del bosque.


3) Que si le hubiera ofrecido la cesta de la merienda para que el Lobo calme su hambre, no habrían ocurridolos sucesos referidos más arriba.


4) Que el Lobo no ataca a Caperucita de inmediato, y que hay evidencias que primero conversa con ella.


5) Que es Caperucita quien le da pistas al Lobo y le señala el camino de la casa de la abuelita.


6) Que la anciana es inimputable ya que confunde a su nieta con el Lobo.


7) Que cuando Caperucita llega y el Lobo está en la cama con la ropa de la abuela, Caperucita no se alarma.


8) Que el hecho de que Caperucita confunda al Lobo con la abuelita demuestra lo poco que iba a visitarla, hecho que tipificaría un abandono de persona por parte de la joven Caperucita.


9) Que el Lobo, con preguntas simples y directas, quiere desesperadamente alertar a Caperucita sobre su posible conducta.


10) Que cuando el Lobo, que ya no sabe qué más hacer para alertarla, trata de comerse a Caperucita, es porque ya no le quedaba otra solución.


11) Que es altamente probable que antes Caperucita hiciera el amor con el Lobo y lo disfrutara.


12) Que la versión de que Caperucita, cuando oye la pregunta del Lobo: "¿Adónde vas?", responde: "A bañarme desnuda en el río...", cobra cada día más fuerza.


13) Que se desprende del punto anterior que es Caperucita la que provoca los más bajos instintos, brutales y depredadores, en la pobre fiera.


14) Que el Lobo ataca, pero tal hecho corresponde a su propia naturaleza y a su instinto natural y animal, exacerbados por la conducta de la susodicha Caperucita


15) Que párrafo aparte para la madre de Caperucita, quien exhibe culpabilidad por no acompañar a su hija.


Por todo lo antes dicho, se absuelve al Señor Lobo y se dispone además:


a) Apercibir a la familia de Caperucita, imponiendo a la abuela presentarse en hospital a designar, para su observación gerontológica,


b) A la madre apercibirla para que cumpla correctamente con sus deberes de madre.


c) A Caperucita trabajo comunitario en el Zoológico Local para conocer acabadamente la naturaleza y el instinto animal y


d)Al cazador, se le demanda el pago de los gasto médicos y una indemnización a pagar al Sr. Lobo por daños y prejuicios que se estimaran en un subsiguiente informe.


Aclarase asimismo en el presente fallo que este proceso no afecta el buen nombre y honor del Señor Lobo. 


Publíquese, archívese, y téngase por firme el presente fallo.




Enviado por Jóse.

El árbol que besa el suelo...

El Hierro es la más occidental y meridional de las Islas Canarias (España). Pertenece a la provincia de Santa Cruz de Tenerife. 


Es la isla más occidental del archipiélago bañado por el Océano Atlántico y el mar de arena del desierto tampoco era conocida salvo por sus habitantes, esto es debido a que las islas afortunadas citadas en el primer mapa moderno confeccionado por Ptolomeo son las islas de Cabo Verde. La isla ha tenido varios nombres, algunos se atribuyen a la gente de la isla, otros a la Corona española, sin embargo lo cierto es que la gente utiliza nombres de zonas y pueblos más que de la isla en sí. 


Ha sido conocida tradicionalmente como "Isla del Meridiano" o "Isla del Meridiano Cero", se atribuye a Ptolomeo el haber situado el Meridiano Origen, en el extremo del már conocido en su época, y que eran las Islas Canarias, hasta 1884 en la que se estableció Greenwich como nuevo meridiano origen.


El Hierro ofrece rutas, rincones, caminos y carreteras para elegir. Visitar el sabinar es solo una de las opciones.


El bosque es un lugar mítico. Aparece de manera icónica en cada historia que escuchamos, leemos o vemos desde que somos niños. El bosque da miedo, transforma, decora; es el lugar en que la naturaleza transforma y se transforma. 


Adentrarse en parajes como el sabinar de El Hierro es enfrentarse al viento, a la inquietud del contraste entre el páramo y la foresta, incluso al mar, que aparece al fondo, bajo los acantilados en los que el océano convierte la tierra en isla.


El Hierro ha convertido la naturaleza en su enseña. Los símbolos de la isla, Reserva de la Biosfera, son la laurisilva, el mágico Garoé y la sabina que los alisios han modelado, retorciendo su tronco de forma caprichosa como si el propósito de Eolo fuese agasajar el suelo con un beso. Adentrarse por el casi aljiar que rodea ese símbolo, ahora recluído entre cuerdas para evitar que los visitantes se acerquen y desgasten su supervivencia, es convertirse en testigo de una sucesión de árboles asemejados a raíces que dan pie a preguntarse si convendría visitar el lugar de noche. La primera imagen que se viene a la cabeza es la que dibuja el cineasta Tim Burton en sus escenografías góticas.


Pasear por el sabinar de El Hierro implica, como casi todo en la isla, el placer de conducir por senderos hechos para caminar o para recorrer subidos a lomos de un caballo, por ejemplo. Es solo uno de los puntos que no es posible perderse dentro del tour recomendable que lleva a dar una vuelta completa a sus 270 kilómetros cuadrados. Para alcanzarlo es necesario atravesar las rampas mecánicas que sirven de entrada a La Dehesa, donde los animales campan a sus anchas y, hasta hace poco, era necesario bajar del vehículo para abrir y cerrar las verjas que impiden que salgan.


Da igual cuál fue el punto de partida, pero para continuar la ruta, una recomendación: regresar por el balneario de Sabinosa, donde se puede repostar antes de volver a Frontera. Pero es solo una opción, y El Hierro está lleno de ellas.


Fuente: Wikipedia y Canarias Ahora



Viviendo...

La vida es demasiado corta como para vivirla envuelta en recuerdos, especialmente si estos no fueron buenos y trajeron consigo tristezas y sufrimientos. 


Hay que levantarse de las cenizas que una vez dejaron el fuego del amor y volver a volar como el ave Fénix, con sueños, amores y esperanzas de un futuro mucho pero que mucho mejor. Retomar metas y ponernos nuevas las cuales debemos forjarnos para vivir el resto de nuestros días de la manera mas tranquila y sobre todo feliz.


La felicidad nunca es completa, pero el arcoiris no sale, sino después de la lluvia, pero debemos aprender a disfrutar de esos momentos dejando atrás los malos recuerdos.


Que el pasado no vuelva a molestarnos, porque si le permitimos regresar, creará un sin numero de sentimientos negativos, pues sabemos que odiar, tener rencor o vivir ahirados  y mal humorados solo nos hará daño a nosotros y a los que amamos.


Estoy mas que seguro que aquél ser del pasado esta viviendo su vida, quizás buscando a quien hacerle lo mismo, lastimandolo o tal vez haya decidido ser completamente feliz. 


Y esa felicidad que nos negamos al vivir empeñados en seguirle recordando y seguirle esperando de la manera que sea. O quizas teniendole rencor o peor, miedo.


Solo recuerda que la mejor manera de olvidarle y de alejarlo de nuestros pensamiento es buscar ser feliz y vivir como si no existiera, o como si nunca hubiese existido.


No es fácil, pero te aseguro que no es imposible...


©Quiero Contarte


Mis papas fritas...

Salimos entre cielos nublados y nubes que amenazaban por derramar su llanto sobre nosotros. Logramos cruzar el portal y llegar al auto, en el cual nos refugiamos, desafiantes a las gotas que comenzaban a caer.


Cuando llegamos a nuestro destino, nos sentamos frente a frente mientras esperábamos que nos atendieran. Un silencio lleno el espacio que separaban nuestras miradas, yo me ahogaba en la profundidad de tus ojos mientras tu leías el menú.


Interrumpido el silencio por la camarera de turno, hicimos nuestro pedido, mientras por la ventana, la lluvia se derramaba.


Tus ojos, bellos como siempre, guardando un no se que, que embruja mis sueños, y me amarras por siempre, pero no era una noche cualquiera... Los cielos presagiaban lo que sucedería, lloraban y derramaban todas las lagrimas que derramaría después.


Llego nuestro pedido y comencé por darte una de mis papitas frita colocandola entre los labios que alguna vez bese y que dijeron amarme. Cuando terminastes con ella, repetí la dosis, hasta terminar con cada una de ellas, mientras me perdía en la hermosura de tu rostro...


Esa noche, fue la ultima vez que pude ahogarme en tus ojos, perderme en tu rostro y sentir tus besos, junto con la ultima papita desapareciste y no volví a verte... 


Nunca entendi el porque, solo se que estaba dispuesto a darte mi amor como te di cada una de mis papitas fritas...




"Amor es cuando sales con alguien a comer y le das la mayoría de tus papitas fritas sin hacer que esa otra persona te dé de las suyas.


©Quiero Contarte

lunes, 12 de marzo de 2012

Be happy, my friend...

La vida va demasiado acelerada, y no nos paramos en cada estación de nuestro viaje para observar los pequeños detalles, oler las rosas del camino y amar con todas nuestras fuerzas.


Perdemos el tiempo en tonterías y boberias, no haciendo caso a lo que realmente importa, que son todas y cada una de las personas que nos acompañan en nuestro viaje y con las cuales tropezamos en nuestro camino, muchos se bajan del tren y otros suben a el, mientras que otros te acompañan todo el camino, sea del modo que sea...


Cada día, hora o minuto es especial y nunca sabes si puede ser tu último segundo, y como dicen que el tiempo es relativo, tratemos de que salgan de nuestros labios un "Te quiero, un gracias" o cualquier otro cumplido. 


No cuesta tanto hacer un cumplido y te aseguro que levanta mas de una o muchas sonrisas, que esas nunca deben faltar en nuestro repertorio diario a pesar de los muchos golpes que la vida pueda darte... Siempre, pero siempre hay que ¡SONREIR!


Be happy, my friend, be happy!!!



sábado, 10 de marzo de 2012

Sonreír... ¿Para que?

La sonrisa es una de las más bellas armas con la que contamos para defendernos del dolor. Encarar cada día con una sonrisa no solucionará nuestros problemas, pero al menos nos ayudará a sentirnos mejor.


La sonrisa es, también, una de las maneras más hermosas de transmitir amor, porque tal como dijo Gabriel García Márquez: 


"Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa.".


Charles Chaplin dijo: "Nunca te olvides de sonreír porque el día que no sonrías será un día perdido.


William Shakespeare escribió: "Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada.


Oscar Wilde también dijo: "La gente enseña para disimular su ignorancia, lo mismo que sonríe para ocultar sus lágrimas.


Leon Tolstoi nos recordó: "El niño reconoce a la madre por la sonrisa."


Robert Baden-Powell nos recomendó que: "La mejor forma de vencer las dificultades es atacándolas con una magnífica sonrisa.


Alejandro Casona nos dijo que: "No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa."


Swami Sivananda nos recordó que: "Son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero sólo quince para sonreír."


Stendhal no se queda atras y nos dice: "Muy frecuentemente las lágrimas son la última sonrisa del amor."


W. C. Fields nos aconseja que: "Empieza cada día con una sonrisa y mantenla todo el día."


Y te recuerdo lo que Gabriel García Márquez menciono: "Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa.




Empecemos a sonreír...  

jueves, 8 de marzo de 2012

Mi perro y el hotel...

Un hombre escribió una carta a un pequeño hotel en una ciudad del medio oeste norteamericano que planeaba visitar durante sus vacaciones:


"Me gustaría mucho llevar conmigo a mi perro. Está bien educado y sabe comportarse. ¿Me permitirían ustedes tenerlo conmigo en la habitación durante la noche?"


La respuesta del propietario del hotel fue inmediata y decía:


"Hace muchos años que trabajo en este hotel. Durante este tiempo, nunca ha venido un perro que robara las toallas, la ropa de cama o la cubertería de plata y tampoco los cuadros de las paredes."


"Jamás he tenido que llamar la atención a un perro a altas horas de la noche por estar borracho y armar escándalo, y tampoco ha venido ninguno que se fuera sin pagar la cuenta del hotel."


"Esté tranquilo; su perro será bienvenido en el hotel. Y si él se hace responsable de usted, también a usted lo recibiremos con mucho gusto."



miércoles, 7 de marzo de 2012

Un día...

Un día, perdí mi tiempo con cosas que no valían la pena y noté que la vida pasa demasiado rápido para perdérsela esperando algo que nunca va a pasar. 


Un día, descubrí que tiene sentido enamorarse y pelear por lo que uno siente. 


Después de muchos días entendí, que en la vida todos te van a lastimar, pero tienes que encontrar a las personas por las que vale la pena sufrir. Tienes que sonreír. Tienes que saber amar. 


Tienes que tener la grandeza para aceptar tus errores y la valentía para pedir perdón. Tienes que compartir. Tienes que cumplir. 


Tienes que olvidarte de los que te critican y unirte a los que te quieren y por sobre todo tienes que vivir cada momento como si fuera el último..



sábado, 3 de marzo de 2012

Taxi en New York...

El otro día, en Nueva York, cogí un taxi con un amigo. Cuando nos bajamos, mi amigo le dijo al taxista:


— "Le agradezco el viaje. Es usted un conductor estupendo."


Durante un segundo, el hombre se quedó atónito. Después reaccionó:


— "Oiga, ¿me está tomando el pelo o qué?"


— "Nada de eso, amigo mío, no tengo intención de molestarlo. Admiro la tranquilidad con que se mueve en medio de semejante tránsito."


— "¡¡Ah!!" — farfulló el conductor, y siguió su recorrido.


— "¿A qué venía eso?" —pregunté.


— "Estoy tratando de restaurar el amor en Nueva York." — me respondió mi amigo — "Creo que es lo único capaz de recuperar la ciudad."


— "¿Cómo es posible que un solo hombre salve Nueva York?"


— "No es cuestión de un solo hombre. Creo que a ese taxista le he cambiado el día. Suponte que haga veinte viajes. Pues será amable con esos veinte pasajeros porque alguien fue amable con él. Ellos, a su vez, serán más cordiales con sus empleados, servidores o colaboradores, e incluso con sus respectivas familias. En última instancia, la buena disposición podría extenderse a un millar de personas por lo menos. No está mal, ¿no te parece?"


— "Pero tú confías en que ese taxista transmita tu buena disposición a los demás."


— "No estoy confiando en nada." — respondió mi amigo — "Me doy cuenta de que el sistema no es totalmente seguro. Hoy puedo encontrarme con diez personas muy diferentes, si de entre esos diez puedo hacer felices a tres, finalmente podré influir en forma indirecta sobre las actitudes de tres mil más."


— "Teóricamente suena bien," — admití — "pero no estoy seguro de que en la práctica funcione."


— "Si no funciona no se pierde nada. No perdí ni un minuto en decirle a ese hombre que estaba haciendo muy bien su trabajo. Ni le di una propina mayor ni una más pequeña. Y si mis palabras cayeron en oídos sordos, ¿qué importa?
Mañana habrá algún otro taxista a quien pueda tratar de hacer feliz."


— "Oye, tú estás un poco chiflado." — señalé.


— "Tus palabras demuestran lo cínico que te has vuelto. Este asunto lo tengo estudiado. Lo que al parecer les falta a nuestros empleados de correos, aparte de dinero, por cierto, es que nadie les dice lo bien que están haciendo su trabajo."


— "Pero si no están haciendo bien su trabajo."


— "Si no están haciendo bien su trabajo es porque sienten que a nadie le importa cómo lo hacen. ¿Por qué no decirles una palabra que les anime?"


En ese momento pasábamos junto a un edificio en construcción, donde cinco obreros estaban almorzando. Mi amigo se detuvo.


— "Qué trabajo estupendo habéis hecho." — señaló — "Debe de ser algo muy difícil y peligroso."


Los hombres lo miraron con desconfianza.


— "¿Cuándo estará terminado?"


— "En junio..." — gruñó uno de ellos.


— "¡Ah! Pues realmente, es impresionante. Debéis de estar muy orgullosos."


Seguimos caminando y yo le señalé:


— "No he visto a nadie como tú desde que leí el Quijote."


— "Cuando esos hombres asimilen mis palabras se sentirán más felices y, de alguna manera, su felicidad será un beneficio para la ciudad."


— "Pero, ¡esa no es una tarea para que la hagas tú solo!" —protesté yo — "Al fin y al cabo, no eres más que un hombre."


— "Lo más importante es no descorazonarse. Intentar que la gente de la ciudad vuelva a ser feliz no es tarea fácil, pero si puedo enrolar a más gente en mi campaña..."


— "¡Acabas de guiñarle el ojo a una mujer feísima! — le señalé.


— "Ya lo sé." — me respondió —"Piensa que si es maestra de escuela hoy sus alumnos tendrán un día fantástico."




Sencillo, solo es un minuto... Una sonrisa, una palmada en la espalda, un elogio, solo eso y hace mucho...



La gratitud de la fiera...

Un pobre esclavo de la antigua Roma, en un descuido de su amo, escapó al bosque. Se llamaba Androcles.


Buscando refugio seguro, encontró una cueva. A la débil luz que llegaba del exterior, el muchacho descubrió un soberbio león. Se lamía la pata derecha y rugía de vez en cuando. Androcles, sin sentir temor, se dijo:


- "Este pobre animal debe estar herido. Parece como si el destino me hubiera guiado hasta aquí para que pueda ayudarle. Vamos, amigo, no temas, vamos…"


Así, hablándole con suavidad, Androcles venció el recelo de la fiera y tanteó su herida hasta encontrar una flecha profundamente clavada. Se la extrajo y luego le lavó la herida con agua fresca.


Durante varios días, el león y el hombre compartieron la cueva. Hasta que Androcles, creyendo que ya no le buscarían se decidió a salir. Varios centuriones romanos armados con sus lanzas cayeron sobre él y le llevaron prisionero al circo.


Pasados unos días, fue sacado de su pestilente mazmorra. El recinto estaba lleno a rebosar de gentes ansiosas de contemplar la lucha.


Androcles se aprestó a luchar con el león que se dirigía hacia él. De pronto, con un espantoso rugido, la fiera se detuvo en seco y comenzó a restregar cariñosamente su cabezota contra el cuerpo del esclavo.


- "¡Sublime! ¡Es sublime! ¡César, perdona al esclavo, pues ha sojuzgado a la fiera!" - gritaron los espectadores.


El emperador ordenó que el esclavo fuera puesto en libertad. 


Lo que todos ignoraron fue que Androcles no poseía ningún poder especial y que lo ocurrido no era sino la demostración de la gratitud del animal…




De bien nacidos es ser agradecidos.



El muñeco de nieve...

Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad, salieron de casa y empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra recién formada.


La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se entrego a la tarea de moldearla.


- "Haré un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener." - se dijo.


Le salió un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca. La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le mimaba…


Pero pronto los días empezaron a ser más largos y los rayos de sol mas cálido. 


El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.


Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente: 


"Seca tus lágrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran lección.


"Ahora ya sabes que no debe ponerse el corazón en cosas perecederas."



Lagrimas transparentes...

Había una vez, en un lugar cercano, un río. Era un río muy ancho, que corría majestuoso y sereno, llevando por su cauce toda el agua de la región.


Y era además un río muy bueno, pues dejaba que todas las lavanderas lavaran su ropa en la orilla. Y dejaba también que los niños se bañaran en sus aguas. Y dejaba que los campesinos abrieran canales para regar sus campos. Y dejaba que las niñitas se miraban como en un espejo para peinar sus trenzas.


Era un río muy bueno. Pero no era un río como los que tú conoces. ¡No! Era un río muy diferente.


El agua que llevaba era ¡agua de color! Tenía agua azul, agua roja, blanca, lila, amarilla, verde, en fin, de todos los colores. Mirándolo parecía como si uno estuviera contemplando un hermoso arco iris.


Una tarde, una de esas tardes sombrías y largas, llegó una niña triste hasta la orilla del río y se sentó apenada.


- "¿Qué te sucede?"– le preguntó el río al verla tan pequeña y desamparada.


- "Tengo pena" - contestó la niña.


- "Si tienes pena, asómate a mi orilla, mírate en mis aguas de colores y así se te pasará tu tristeza."- le dijo el buen río.


Se inclinó la niña, asomándose a la orilla del río y vio una carita triste reflejada en el agua, pero también vio el reflejo del sol que estaba allá en lo alto, y vio que se estaba poniendo viejo, vio que algunos de sus rayos ya no eran dorados, eran grises, grises como el pelo de los bisabuelitos, y esto la hizo olvidarse de su propia pena.


- "Amigo sol,"- le dijo-. "¿Qué te sucede?"


- "Me estoy volviendo viejo. Mis rayos comienzan a ponerse grises. ¿Cómo podré entonces iluminar al mundo? ¿Cómo podré dar calor a los niños?"


Se imaginó la niña un mundo sin luz y a los niños tiritando de frío, y pensó que tenía que ayudar a su amigo sol.


- "No te aflijas, yo tengo la solución de tu problema,"- la respondió- "asómate a la orilla del río y mírate en su agua dorada."


Lo hizo así el sol y contempló su imagen y sus rayos brillantes y dorados, y sonrió satisfecho dándoles más luz a la tierra y más calor a los niños. Viéndolo feliz la niña le preguntó al río:


- "Amigo río, ¿puede el sol dejarse tu agua dorada para rejuvenecer?"


- "Si eso ayuda al sol, se la regalo..."- contestó el buen río.


Y le regaló su color dorado.


En ese momento una garza se posó junto a la niña; estaba preocupada y afligida.


- "¿Qué te sucede?" - le preguntó la niña.


- "Amiga mía,"- le dijo-, "no sé qué hacer."


- "Yo era blanca como la nieve, pero en el camino hacia estos lugares me ha caído hollín, me ha salpicado el barro y me he manchado. Por más que lavo mis plumas no he podido volver a recuperar mi blancura, ¿qué puedo hacer?"


Miró la niña y vio que en efecto la pobre garza estaba sucia, salpicada de barro y ella le dijo:


- "Asómate a la orilla del río y mírate en su agua blanca."


Se asomó la garza y vio su imagen en el río tan blanca como la nieve. Todas las manchas habían desaparecido. Batió la garza sus alas blancas y suspiró dichosa.


Viéndola feliz, la niña le pidió al buen río que le regalara su agua blanca, pues así ya no tendría manchas.


Y el río le regaló su color blanco.


El cielo, que estaba cubierto de nubes y muy abatido vio aquello y la llamó:


- "Niña amiga."- le dijo.


- "¿Qué te sucede amigo cielo?"- le preguntó la niña.


- "No sé qué hacer," - le contestó el cielo- "las lluvias me están destiñendo. ¿Recuerdas ese hermoso y profundo azul que yo tenía? Pues mírame, mírame ahora… ¡apenas si estoy celeste! Si sigo así voy a desaparecer por completo y los volantines no podrán volar por ningún cielo."


Lo miró la niña y vio que, en efecto, el cielo ya no tenía un azul intenso. Pensó que si seguía destiñéndose podría hasta llegar a desaparecer, y sin recordar su propia pena se compadeció de él.


- "Asómate a la orilla del río y mírate en su agua azul..." - le dijo.


Se miró el cielo en el agua y vio su imagen azul: de ese azul que parece perderse en las profundidades misteriosas del cielo. De ese azul que aman los pintores y cantan los poetas: 


"¡Qué bien me veo!" - pensó.


Adivinando su pensamiento, la niña le dijo:


- "Pidámosles al río que te regale se agua azul para que recobres tu belleza y tu profundidad."


Y el río le regaló su color azul.


Una copihuera crecía en las márgenes del río. Pero era una copihuera que no podía dar copihues.


- "¿Por qué no puedes dar flores?" - le preguntó la niña- "¿Qué te sucede?"


- "Niña amiga," - contestó pensativa la planta- "no puedo dar copihues porque se me ha olvidado cómo era el color de mis flores. ¿Qué puedo hacer?"


"Ahora sólo tengo hojas, y nadie se acerca a tomar un copihue para su amada; si tuviera uno te lo regalaría."- añadió.


Se acordó la niña de los enamorados tiernos y románticos, y de cómo tímidamente le daban una flor a su amada mientras miraban pasar las aguas del río, y se compadeció de la copihuera.


- "Asómate a la orilla del río y mírate en su agua roja."- le dijo.


Así lo hizo la copihuera y se vio, al mirarse en el agua, cubierta de grandes copihues, rojos como la sangre y perfumados. 


- "Cuántos copihues tengo, se alegró, y son tan grandes y lindos! ¿Quién querrá alguno?"


- "Son hermosos tus copihues en verdad,"- le dijo la niña- "así que le pediré al río que te de su agua roja para que tengas muchas, muchas flores."


Y el río le regaló su color rojo.


Uno a uno, la niña con pena y el buen río, fueron regalando los colores. El verde se lo regalaron a un árbol verde que no podía, en primavera, reverdecer. El negro a la negra noche. El gris a una nube tormentosa, el lila a un atardecer y el morado a una ciruela.


Pero entonces el río se acordó de la pena que la niña tenía y le preguntó:


- "Niña, no me has dicho aún, ¿por qué tú tienes pena?"


- "Yo tengo pena, río… porque tengo pena." - contestó la niña y se quedó callada.


- "Pobre mi niña triste..." - le dijo el río acariciándola con su espuma.


- "Tengo pena porque ya no soy una niña," – siguió diciendo la niña- "ya soy una persona grande… y claro que me gusta ser grande pero me da mucha pena, porque ya no puedo jugar con mis muñecas, y no puedo tirarle piedras a las gallinas, y no puedo subirme a las sillas ni saltar en las camas… y no es que eso lo eche mucho de menos…" - añadió suspirando.


- "Pero te da pena." - le indicó el río.


- "Me da pena hacerme grande, me da pena no ser más niña," - terminó diciendo la niña - "y no sé qué hacer."


Entonces el río le preguntó:


- "¿Por qué no lloras si es pena lo que sientes?"


- "¿Llorar?… llorar, ¿y para qué se llora?" - preguntó extrañada.


- "Se llora para aliviar las penas,"- le contestó el río - "se llora, se canta y se ríe para aliviar las penas, pero primero, primero se llora."


- "Entonces quisiera llorar un poquito pero ¿sabes, mi río?" - le confesó avergonzada- "No sé llorar, porque hasta ahora nunca he llorado. ¿Cómo se hace para llorar cuando uno tiene pena?" - preguntó la niña, que hasta entonces nunca había llorado de pena.


- "Nacen en tu corazón unas lágrimas y se asoman a tus ojos," - le enseñó el río - "esas, son lágrimas de pena."


- "Una lágrima de pena." - repitió para sí la niña - "¿Cómo serán las lágrimas de pena?"


El río oyó la pregunta y se compadeció de la niña:


- "Asómate a mi orilla y mírate en mis aguas de colores, para que tu lágrima tenga todos los colores del mundo y tú puedas alegrarte." - le dijo.


Tan triste se había puesto el río, tan suavemente pasaban sus aguas río abajo que se había olvidado por completo que ya no eran de color, que él y la niña los habían regalado todos.


Se inclinó la niña, asomándose a la orilla y una lágrima que había nacido en su corazón se asomó a los ojos y rodó despacio por la mejilla.


Era una lágrima grande, y era transparente como el agua del río que ya no tenía colores. Otras lágrimas transparentes y cristalinas mojaron la carita de la niña y fueron cayendo al agua.


El río miró las lágrimas y se dio cuenta de que no tenían color; entonces se acordó de que los había regalado todos y, aunque estaba feliz de haberlo hecho pensó que le hubiera gustado tenerlos en ese momento, para aliviar la pena de la niña.


Ahora el cielo adivinó lo que el río pensaba y se puso a llorar despacito y el sol iluminó con sus rayos las gotitas de lluvia del cielo, y un arco iris apareció en el que estaban todos los colores del mundo.


Todos los colores que antes habían tenido las aguas del río.


La niña miró el arco iris y en sus lágrimas se formó otro pequeñito, pequeñito como había sido la niña, se metió por sus ojos y deshizo con sus colores las penas y le alegró el corazón.


La niña miró el río y vio su imagen en el agua, sonriendo. En la mejilla, sin atreverse a salir del todo, había quedado una lágrima rezagada, tímida, pura y transparente.


Había una vez, en un lugar cercano, un río. Era un río muy ancho, que corría majestuosamente y sereno, llevando por su cauce toda el agua de la región.


Y era un río como los que tú conoces, sólo que sus aguas eran tan transparentes y puras como las lágrimas de los niños.



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...