Las palabras no sólo sirven para expresar las emociones, también ayudan a distanciarnos de éstas.
Pueden ser una valiosa red de seguridad, que protege los verdaderos sentimientos en sílabas forjadas concienzudamente y no en efusiva sinceridad.
También pueden ser malinterpretadas, infringiendo heridas al formular en la mente del otro una falsa impresión.
A veces, hay cosas que es mejor callarse...
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