viernes, 29 de julio de 2011

Con cada amanecer...

Cuando abro los ojos cada mañana siento de verdad unas ganas de "comerme el mundo", con unas fuerzas regeneradas, nuevas. Las salidas del sol parecen que son muy alentadoras, con ellas, creo que te llenas de energías nuevas, comienzas a pensar nuevamente en que este día sera el "día de tu suerte", el día en que por fin se acabara todo dolor y llegara a ti la bonanza, la alegría y te sentirás muy a gusto, bien contigo mismo, con tu familia y con el mundo.


Pero al pasar del reloj todo esto se va haciendo más efímero, pues ves como minuto a minuto, segundo a segundo, sigues estando en las mismas, sintiendo los mismos dolores, sin llamadas al teléfono, ni para saber quien eres tu el de la aplicación de trabajo que llenaste, ni darte aunque sea una oportunidad de ver tu cara. Me siento como si no existiera, cada vez mas solo y que no sirvió tanto sacrificio ni tanto estudio.


Ya cuando llega la noche te pones a pensar que tienes o tenias todo y ahora no tienes nada y es que aunque te has esforzado para darlo todo, ahora te ves sin un poco de algo. Y piensas en la gente que te quiere y que te ha apoyado en los últimos años y sientes que las has defraudado, pues en vez de caminar solo y poder hacer tu propia historia, estas encallado en un camino sin salida.


En ese momento tratas bajo cualquier medio el no dormir por temor a no tener fuerzas para levantarte al otro día. No puedo dejar de sentirme como si la vida o el destino me diera todo a cuenta gotas o por fascículos o partes, y a veces como si me restara y no sumara.


Solo me queda el deseo de que al próximo despertar mi vida cambie, vuelva encarrilar donde la deje hace 10 años, vuelva a ser el Ángel, que era, aquel que nunca dijo "no puedo", aquel que siempre seguía adelante,  seguía corriendo pensando que el solo podría salir adelante, y así seguir creyendo que soy en gran parte mas que dichoso, en fin feliz.

jueves, 28 de julio de 2011

De asadero... Costillitas

¿Cuál piensas tu que es la mejor manera de preparar unas costillas de cerdo para que la carne se desprenda con facilidad del hueso? ¿Donde prefieres prepararlas, en la parrilla o el horno?


Los que mas saben, esos maestros asaderos nos aconsejan que lo mejor en cocinarlas lentamente y a fuego bajo y lento, preferiblemente utilizando madera de nogal del tipo hickory o de árbol de algarrobo al que llaman mesquite. Por fuego bajo y lento podemos entender que es a fuego indirecto de 250ºF (120ºC) a 275ºF (135ºC). 


Siempre podemos dejar al lado a los expertos y utilizar nuestra manera de cocinar las costillas, el cual dependerá de la textura que a uno mas le guste. Debemos saber escoger el tipo de costillas que queremos hacer. Para escogerlas debemos recordar que las costillitas es la parte superior del tórax. Un par de costillares de cerdo pesa alrededor de una y media libras (0.70 Kilos)  y tiene entre 10 a 13 huesos. Debemos considerar las que tienen menos grasa y más carne, que son uniformes en tamaño y que tengan una buena parte de grasa entremedio de la carne.


El proceso de prepararlas debemos estar conscientes que hay una membrana fina y delgada en el lado donde más se expone el hueso. Algunos prefieren quitarla para promover que el calor entre mejor, pero otros dicen que prefieren dejarla pues ayuda a realzar el sabor.


Si deseas quitarla, debes comenzar por un extremo, introduciendo un cuchillo por debajo de la membrana para que se separe. Y luego lo que falta es halarla y debe salir en una pieza.


Algunos las dejan en adobo o en algún liquido que permite humedecerlas. Puedes agregar el adobo que desees colocándolas en un recipiente hondo o en una bolsa de plástico. Puedes utilizar cerveza, vino, Coca Cola o lo que prefieras y dejarla al menos 4 horas o desde la noche anterior. Recuerda que antes de cocinarlas quitarle el liquido que has utilizado.


Para la sazón puedes utilizar una cucharadita de sal, una cucharadita de pimienta molida, 3 cucharaditas de azúcar negra o morena, 2 cucharadas de paprika dulce, 2 cucharadas de polvo de chile, 1 cucharadita de comino molido, 1 cucharadita de cayena, 2 cucharaditas de polvo de cebolla y una cucharadita de polvo de ajo. Mezclas bien y hechas por ambos lados de las costillas frotándolas bien. Esto puedes hacerlo de dos a cuatro horas antes.


Para hornearlas, colocamos las costillas en un molde hornear y las cubrimos con papel de aluminio evitando que toque las costillas. Y las dejamos hornear por hora y media a unos 350ºF (176ºC). Al termino de este tiempo, las sacamos del molde y las colocamos en la barbacoa añadiéndoles la salsa de tu predilección, mayormente salsa barbacoa con Honey Mustard, una mezcla deliciosa.


Si solo deseas asarlas al carbón, podemos colocar un envase de metal recoja los jugos debajo de la parrilla colocando agua o cerveza dentro de la misma. Colocamos las costillas sobre la parrilla previamente engrasada.


Si utilizamos una barbacoa a gas, encenderemos solo un lado de la misma y colocamos las costillas en el lado que no hemos encendido y cerramos la cubierta o tapa. Revisamos las costillas después de una hora. La carne debe comenzar a desprenderse de los huesos. Ese es el momento preciso para untarlas con su salsa favorita.


Dejamos cocinar por unos 45 minutos o más o hasta que la carne se desprenda de los huesos con facilidad.

¿A quien invitarías a tu casa?

Una mujer regaba el jardín de su casa. Y vio a tres viejos con sus años de experiencia frente a su jardín.


Ella no los conocía y les dijo:


"No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que coman algo."


Ellos preguntaron:


- "¿Está el hombre de la casa?"


- "No", respondió ella, "no está".


- "Entonces no podemos entrar", dijeron ellos.


Al atardecer, cuando el marido llegó, ella le contó lo sucedido.


- "¡Entonces diles que ya llegué invítalos a pasar!"


La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa.


- "No podemos entrar a una casa los tres juntos", explicaron los viejitos.


- "¿Por qué?", quiso saber ella.


Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó:


- "Su nombre es Riqueza". Luego indicó hacia el otro. "Su nombre es Éxito. Y yo me llamo Amor."


"Ahora ve adentro y decide con tu marido a cual de nosotros tres desean invitar a vuestra casa".


La mujer entró a su casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron. El hombre se puso feliz:


- "¡Qué bueno! Y ya que así es el asunto entonces invitemos a Riqueza, que entre y llene nuestra casa".


Su esposa no estuvo de acuerdo:


- "Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito?"


La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino corriendo.


- "¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar estaría entonces lleno de amor".


- "Hagamos caso del consejo de nuestra hija, dijo el esposo a su mujer. Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huésped".


La esposa salió y les preguntó:


"¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor que venga y que sea nuestro invitado".


Amor se sentó en su silla y comenzó ha avanzar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y le siguieron. Sorprendida, la dama les preguntó a Riqueza y a Éxito:


- "Yo invité sólo a Amor ¿Porqué ustedes también vienen?"


Los viejos respondieron juntos:


- "Si hubieras invitado a Riqueza o a Éxito los otros dos habrían permanecido afuera, pero ya que invitaste a Amor, dónde vaya él, nosotros vamos con él".




Donde quiera que haya amor, habrá también riqueza y éxito.

miércoles, 27 de julio de 2011

Awake already...

Hay veces que quisiera dormir y nunca volver a despertar, hay momentos que preferiría no haber levantado de aquella cirugía. Muchos días abro mis ojos y me digo a mi mismo el porque aun estoy con vida.


Pero he comprendido que las cosas no son como queremos, que la vida tiene aun muchas cosas por descubrir, por hacer, por vivirlas. Que no se acaba por la perdida de un amor...


Ya he despertado, estoy mas que vivo, aun estoy por aquí, y por ahora no pienso enganchar los guantes... 


He perdido batallas, peleas pero no la guerra... he ganado y me siento vencedor a pesar de las derrotas... ahora solo me resta esperar por el siguiente, así que... Next!!!

martes, 26 de julio de 2011

Diario de un perro

Semana 1:
Hoy cumplí una semana de nacido, ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!


Mes 01:
Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.


Mes 02:
Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi nueva "familia humana" me cuidara tan bien como ella lo había hecho.


Mes 04:
He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como "hermanitos". Somos muy inquietos, ellos me jalan la cola y yo les muerdo jugando.


Mes 05:
Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice "pipí" adentro de la casa; pero nunca me habían dicho dónde debo hacerlo. 


Mes 06:
Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me convidan. El patio es para mi solito y nunca me educan. Ha de estar bien todo lo que hago.


Mes 12:
Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Que orgullosos se deben de sentir de mí.


Mes 13:
Qué mal me sentí hoy. "Mi hermanito" me quitó la pelota. Yo nunca agarro sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron al sol casi sin poderme mover. Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.


Mes 15:
Ya nada es igual... vivo afuera. Me siento muy solo, mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo techo que me cobije.


Mes 16:
Hoy me soltarón. ¡¡De seguro mi familia me mi querian otra vez!! Me puse tan contento que daba saltos de alegría. Movía mi rabito como nunca. Encima, me van a llevar con ellos de paseo. Vamos hacia la carretera y de repente se detienen. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que era un "día de campo".


No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron. "¡Oigan, esperen! Se... se olvidan de mí". Corrí detrás de ellos con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detenían: me habían olvidado.


Mes 17:
He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento solo y estoy perdido. En mi camino hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y seria leal como ninguno. Pero solo dicen "pobre perrito", se ha de haber perdido.


Mes 18:
El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis "hermanitos". Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó unas piedras, a ver quien tenia mejor puntería.


Una de esas piedras me dio en el ojo y desde entonses ya no veo por el.


Mes 19:
Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.


Mes 20:
Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los autos, uno me arrolló. Según yo estaba en un lugar seguro, pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción de conductor, que hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba en el camino.


Mes 21:
Tengo 10 dias bajo el sol, la lluvia y el frio. El dolor es insoportable,estoy en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo, ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar.


"Pobre perrito, mira como te han dejado", decía... junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: "Lo siento señora, pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir." A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió.


Como pude, moví el rabo y la miré agradeciéndole me ayudara a descansar. Solo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando en por qué tuve que nacer si nadie me quería.




La solución no es echar un perro a la calle, sino educarlo...
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