Quise olvidar mi pasado y me di cuenta de que olvidaría las cosas buenas de mi vida, los momentos agradables con mi familia, y todas aquellas cosas que he aprendido hasta hoy.
Quise olvidar mis fracasos y me encontré con que los volvía a cometer, pues había olvidado mis experiencias.
Quise olvidar las tragedias que he vivido y todo lo que valoraba perdió su sentido.
Pensé que sería bueno olvidarme de todo el mundo y me sentí solo, vacío y triste.
Trate de alejarme de Dios y además de que no pude, todo me salió peor.
Al final comprendí que toda mi vida es una gran cadena de sentimientos y vivencias, y que cada una de ellas depende de todas las demás.
Y si tratase de borrar alguna, borraría toda mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario