martes, 28 de febrero de 2012

Del polvo venimos...

Un médico entró en el hospital de prisa después de haber sido llamado para una cirugía urgente. Él contestó a la llamada lo antes posible, se cambió de ropa y se fue directamente a la sala de cirugía. 


Al entrar encontró al padre del niño, el cual estaba en la sala de espera esperando desesperado al médico. Al verlo, el padre gritó: 


"¿Por qué tomo todo este tiempo para llegar? ¿No sabes que la vida de mi hijo está en peligro? ¿No tienes sentido de la responsabilidad? "


El médico sonrió y dijo: 


"Lo siento, yo no estaba en el hospital y vine lo más rápido que pude después de recibir la llamada. Ahora, me gustaría que se calme para que yo pueda hacer mi trabajo."


"¿Que me Cálme? ¿Qué pasaria si fuera su hijo el que estubiera en esta habitación ahora mismo, ¿estarías calmado? ¿Si su hijo se estubiera muriendo ahora qué harías? ", Dijo el padre enojado


El médico volvió a sonreír y contestó: 


"Voy a decirle lo que dijo Job en la Biblia - Del polvo venimos y al polvo volveremos, bendito sea el nombre de Dios -  Los médicos no podemos prolongar la vida. Vaya a la capilla a interceder por su hijo, vamos a hacer todo lo posible que se pueda por la gracia de Dios."


"Dar consejos cuando no somos los que estamos en el problema es tan fácil", murmuró enojado el padre.


La cirugía se llevó algunas horas. Después de acabar, el médico salió feliz a la sala donde se encontraba el padre del niño y le dijo: "¡¡Gracias a Dios!! ¡¡ Su hijo se ha salvado!¡ "


Y sin esperar la respuesta del padre el doctor muy apurado mira su reloj y sale corriendo, mientras se marchaba le dijo: "¡Si tiene algunas duda, pregúntele a la enfermera!"


"¿Por qué es usted tan arrogante? ¿No podía esperar algunos minutos mas para poder saber mas sobre el estado de mi hijo? Que mal educado es, lo voy a denunciar..."


La enfermera se le acerca y con el rostro lleno de lagrimas le recrimina y le dice:


"El hijo del doctor murió ayer en un accidente de trafico. El medico estaba en el cementerio cuando usted llamo para que realizara la cirugía de su hijo.


Y ahora ya que le salvo la vida a su hijo, déjelo ir tranquilo, pues se ha ido corriendo al entierro de su pequeño hijo."




Nunca juzgues a la ligera a nadie, porque nunca se sabe como es su vida y en cuanto a lo que esta sucediéndole o por lo que esta pasando.



2 comentarios:

Nadia dijo...

Muy bueno, lo había visto antes. Me alegro haber encontrado ésta anécdota. Un saludo.

Anónimo dijo...

esta genial no me esperaba el final...te deja mucha sabiduria y en realidad te hace pensar. nunca debemos dejarnos llevar por las emociones propias, sin pensar en las de los demas.

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