martes, 20 de abril de 2010

La chica de los Cds

Un muchacho de 17 años de edad tenía un cáncer incurable y en cualquier momento iba a fallecer.

Siempre vivía en su casa, bajo el cuidado de su madre. A veces se enfadaba de estar siempre dentro de su casa y un día decidió salir a pasear. Le pidió permiso a su madre y ella aceptó.

Caminando por el vecindario vio muchas tiendas. Al pasar por una de música y al ver el aparador, notó algo que lo hizo olvidarse de que el mundo existía, era una muchacha de su edad muy hermosa. Al verla le parecía un ángel bajado del cielo.

Abrió la puerta y entro sin mirar nada que no fuera ella. Acercándose poco a poco llego al mostrador donde se encontraba ella. La chica lo miró y le dijo sonriente "¿Te puedo ayudar en algo?"

El Chico pensaba que era la sonrisa mas hermosa que había visto en toda su vida, y sintió el deseo de abrazarla, de declarársele en ese mismo instante. Tartamudeando le dijo: "Si, eeehhh, uuhhh, me gustaría comprar un C.D.". Y sin pensar tomó el primero que vio y le dio el dinero. La chica le entregó el disco con una amigable sonrisa.

El joven enamorado no dejó de pensar en ella durante toda la tarde. Ni siquiera escuchó el disco, ya que el no tenía mas que una grabadora de cassette. Al siguiente día quiso volver a verla y fue a la tienda.

Al estar frente a esa hermosa sonrisa no supo que decir y volvió a pedir un C.D.

* "¿Quieres que te lo envuelva?", - preguntó la niña sonriendo de nuevo.

El respondió que si, moviendo la cabeza, pues ante ella se quedaba mudo. La muchacha fue al almacén para volver con el paquete envuelto y entregárselo.

El lo tomó y salió de la tienda. Se fue a su casa sintiendo que caminaba entre las nubes. Ni siquiera desenvolvió el disco. Lo metió en su closet y se puso a mirar su jardín y pensar en la hermosa flor que estaba en la tienda.

En adelante visitaba la tienda todos los días para comprar un C.D. Ella siempre se los envolvía, y el se los llevabas a su casa y los metía a su closet.

El era muy tímido para invitarla a salir y, aunque trataba no podía. Su mamá se enteró de esto e intento animarlo a que se aventara, así que el siguiente día se armó de coraje y se dirigió a la tienda. Y como todos los días compró otra vez un C.D. y como siempre ella se fue atrás para envolverlo. El tomó el C.D. y mientras ella no estaba viendo, rápidamente dejo una nota en el mostrador y salió corriendo de la tienda. La nota era una declaración. Durante varios días chico no se atrevió a llegar a la tienda para recibir la respuesta, a unos metros de la tienda regresaba a su casa.

Su madre volvió a animarlo y luego de dos semanas por fin llegó a la tienda pero no vio a la chica hermosa. Al preguntar por ella se enteró con tristeza que se había ido a otra ciudad a estudiar y ya no trabajaba ahí. Mucho lamentó no haber ido antes por la respuesta y muy triste guardó los discos en un lugar donde no los viera tanto con la esperanza de no pensar mas en la muchacha.

En el verano el chico fue a la tienda con la esperanza de que por las vacaciones la chica hubiera regresado y pudiera encontrarla pero al no encontrarla, regresó a su casa desilusionado. Al siguiente verano volvió a ir para no encontrarla de nuevo.

Para el joven no hubo verano siguiente. A la edad de 20 años el chico falleció de cáncer. Un día su madre, entró en el cuarto de su difunto hijo para arreglarlo, así que abrió su closet. Para su sorpresa se topó con montones de C.D'S envueltos. Ninguno estaba abierto. Llena de curiosidad, tomó algunos y se sentó sobre la cama para verlos, al desenvolver el primero encontró una nota que su hijo nunca leyó y decía:

"!Hola!, veo que te gusta la música tanto como a mí. Me invitan a una fiesta el viernes y no tengo con quien ir. ¿Te gustaría ir conmigo? Sofía."

De tanta emoción la madre abrió otro y otro para descubrir que eran saludos de la chica. Uno de los últimos decía: "Hola, me siento triste de que nunca haces caso a mis notas pero me devuelves la alegría al volver diariamente. La semana que viene salgo fuera de la ciudad a estudiar y ya no voy a trabajar aquí, pero vendré casi todos los fines de semana y si mi cliente favorito quiere que lo siga atendiendo podrá visitarme en mi casa. Sofía".

Al final venía un número telefónico, una dirección y un pequeño mapa.

No esperes demasiado para demostrar tu amor a ese alguien especial, díselo hoy, mañana puede ser muy tarde. No solamente a tu pareja sino de todos tus próximos: tus padres, hermanos, amigos, hijos, etc.

Demuestra tu amor a los demás ahora que puedes hacerlo, que están presentes, que físicamente es posible. Recuerda que mañana: si no los aparta la vida, lo hará...la muerte.

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