domingo, 5 de agosto de 2012
Locuras...
Había una vez un rey poderoso que gobernaba a un valiente pueblo; era temido por su poder y amado por su sabiduría.
Cuentan que en aquella región había un pozo de agua fresca y cristalina, del cual todos los habitantes, incluyendo el rey y los cortesanos, bebían.
Sucedió que cierta noche mientras todos dormían, una bruja penetró hasta el centro del pueblo y derramó siete gotas de un elixir extraño en el pozo de agua, pronunciando estas horribles palabras:
- "De ahora en adelante, todo el que beba de esta agua quedará loco, irremediablemente loco."
A la mañana siguiente, todos los habitantes conforme fueron sintiendo sed, se acercaban a beber agua del pozo y sin remedio fueron enloqueciendo.
El rey y su chambelán se quedaron dormidos y no acudieron a beber del agua a la hora acostumbrada.
Y pasó lo incomprensible. Aquel día los habitantes gritaban en las calles y en la plaza principal del pueblo:
“el rey está loco”
y el griterío aumentaba cada vez más repitiendo lo mismo:
“El rey y su gran chambelán han perdido la razón… No podemos ser gobernados por un rey loco… Debemos destronarlo”.
Al anochecer de ese día, el rey ordenó que le llevasen agua del pozo en un vaso de oro, porque su sed había llegado a su límite, dio a su chambelán para que también la bebiese.
En ese momento volvió la armonía al pueblo, en las calles, en las esquinas, en la plaza y en todo aquel lugar aumentaba el regocijo y el buen ánimo porque el rey y su gran chambelán habían recobrado la razón.
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