domingo, 9 de diciembre de 2012
Lagrimita...
Érase una vez una lagrimita, que todos los días durante mucho tiempo hacía el mismo recorrido: Se deslizaba por la mejilla del rostro de alguien que de alguna forma necesitaba que su tristeza desapareciera.
La lagrimita se cansó de deslizarse una y otra vez y de acabar en un pañuelo de papel, así que un día decidió huir de aquella rutina, y tomó rumbo al mar.
Cuando llegó no estaba sola, se encontró a muchas lagrimitas que como ella, habían decidido acabar con esa tristeza y todas ellas se fundieron en el mar y se sintieron libres y acompañadas y fueron felices para siempre...
Moraleja: Cuando te encuentres triste y sol@, siempre habrá alguien en algún lugar que se sienta igual que tú y las tristezas compartidas, se tornan en sonrisas y en felicidad
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