miércoles, 25 de diciembre de 2013

De repente...

De repente, las ganas de verte golpearon mi puerta. 

De repente, el silencio abrió por mí. Pues al recordarte estas muy cerca y al querer tocarte, ya no estás aquí. 

Mi mundo y mi vida quisieron juzgarme, mi melancolía no lo permitió, pues ella sabía que no era culpable, pues ella sabía lo que siento yo. Me reproché un millón de cosas, le reproché flores al espino, le reproché vida a mi creador. 

El recuerdo me mata, el silencio me agobia, tus palabras me duelen, mi corazón se cansa. 

El sol vuelve a salir, la luz vuelve a brillar y el viento sopla la melodía que me hace recordar que aún estoy viviendo, que aun yo sigo aquí y que aunque te marchaste mi vida ha de seguir.


1 comentario:

Carolina dijo...

hay momentos en la vida que nos oblige a tomar decisiones que de una u otra manera afectan a otros los cuales no tienen nada que ver en nuestros comflictos
Pero cuando a nuestro lado tenemos personas que en vez de ayudarnos a progresar y salir adelante, nos retraza y nos llena la vida de amargura quitandonos las ganas de lluchar y seguir adelante. Nos llevan a un estado de depresion que no sabemos si desfallecer o seguir luchando y enfrentarse a la vida. y hacer a estas personas a un lado y seguir con el camino que ya antes se ha cruzado. sera tambien que nos alejamos tanto de dios que hasta el horizonte y la razon que une a las familias se pierde. pero hay algo muy cierto que desde que la vida continue es por que la lucha se sigue y en nuestras manos esta seguir triunfando o hundirnos en el fracaso

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...