Puede ser sorprendente al visitante o a los de la ciudad que van de paseo por el campo, pero no a los habitantes de las medianías y cumbres Gran Canarias que ya esperabán que, tras las abundantes lluvias de otoño y de invierno, que llenaron las presas, los almendros iban a florecer mucho antes de los años anteriores en Tejeda y Valsequillo listos para celebrar las fiestas de "Los Almendros en Flor".
Independientemente de la fecha de la floración de los almendros es siempre un hecho que llena de belleza los campos grancanarios, sobre todo ahora en la zona del sur y centro, donde las lluvias abundantes y el sol de los últimos días han hecho surgir un manto de blanco con tonos rosados que llena los campos de color y belleza a los ojos de los viandantes.
Son muchas las rutas que el viajero puede tomar para poder disfrutar un espectáculo inigualable. Podemos elegir salir de La Breña y Cazadores, el camino nos conduce hasta Los Llanos de la Pez, para luego bajar a Ayacata y Timagada, donde la floración está siendo máyor, llegar a Tejeda y luego subir hasta el Parador para seguir por Camaretas y San Mateo, Tenteniguada, Las Vegas y Barranco de los Cernícalos, hasta el valle de Telde.
El recorrido es un regalo para los ojos y muestra bien la importancia económica, paisajísta y cultural que ha tenido, y tiene, el almendro para los grancanarios. De su pasado esplendor, allá por los años sesenta y setenta, cuando la producción alcanzaba los 400.000 kilos, pero también del abandono paulatino que ha sufrido este cultivo, que empezó su retroceso a partir de esos años, cuando el almendro quedó relegado por otros frutales templados que desde el primer momento gozaron de buenos o privilegiados aportes de riego, así como el desplazamiento de parte importante de la población rural hasta el sector servicios al cobijo de la industria turística.
Todo esto, junto a la falta de planificación y de recuperación por parte de los organismos públicos, ha originado que los almendros hayan dejado de ser una fuente importante de ingresos para los agricultores pasando a cumplir fundamentalmente una función paisajística.
La herencia de este pasado esplendor sólo se conserva en la tradición de la repostería y en las "Fiestas del Almendro en Flor" de Tejeda, que este año se celebran la primera semana de febrero y en Valsequillo, se celebrara una semana más tarde.
La herencia de este pasado esplendor sólo se conserva en la tradición de la repostería y en las "Fiestas del Almendro en Flor" de Tejeda, que este año se celebran la primera semana de febrero y en Valsequillo, se celebrara una semana más tarde.
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