martes, 11 de enero de 2011

El Chófer de Einstein

Dice una leyenda que, al poco tiempo de haber publicado Albert Einstein su primer trabajo sobre la teoría de la relatividad y empezó a ser conocido por toda Europa, lo invitaban a las universidades para dar conferencias sobre el libro.

Le pusieron a su disposición un automóvil con su chófer para trasladarse a dichas universidades. En todas ellas tuvo gran éxito, siendo aclamado con aplausos y felicitaciones. No obstante, debido a lo novedoso y difícil del tema, en ningún lugar surgían preguntas.

Continuaron Einstein y su chófer recorriendo universidades. Durante los discursos, el chófer se sentaba siempre en los primeros asientos de la sala, escuchando atentamente una y otra vez la exposición del profesor.

Después de algunos meses, el chófer le dijo a Einstein: "Profesor, le quiero proponer un trato. Yo no entiendo ni una palabra de lo que usted dice en sus conferencias, pero tengo una excelentísima memoria, y recuerdo palabra por palabra su exposición, incluyendo todas las fórmulas. Además me imagino que usted estará cansado de repetir siempre lo mismo y que nadie le haga preguntas. Por otro lado, a mí, como chofer, jamás nadie me ha aplaudido. Le propongo que cambiemos nuestros roles: yo doy la conferencia mientras usted descansa y puede meditar sobre otros problemas."

Einstein conocido por su buen humor y picardia estuvo muy de acuerdo con e ofrcimiento, verificando previamente que el chófer era capaz de dar el discurso. El chófer, por su parte, se deja crecer un poco el pelo para parecerse más a Einstein

El día de la conferencia, Einstein aparece disfrazado de chófer, toda vez que éste da perfectamente la conferencia. En vista del éxito, lo repiten en otras universidades, siempre con grandes aplausos, mientras Einstein se sienta en primera fila, fumando pipa y descansando.

Todo va perfecto, hasta que llegan a una universidad de Baviera. Allí sin embargo, cuando el falso Einstein termina la charla, del fondo de la sala se escucha una voz que dice: "Dr. Einstein: quisiera que me explicara con detalle el significado de los términos de la ecuación número 3, que todavía se puede ver arriba a la izquierda de la pizarra".

Sobre el púlpito, el chófer titubea un solo instante, imperceptible para el público. Entonces tiene un momento de inspiración en el que contesta: "Mi querido profesor, me extraña que usted me haga esta pregunta. Lo que usted quiere saber es tan fácil que incluso mi chófer se lo podrá explicar".

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