Muchas veces siento que me ahogo en un mar de dudas, en un gran océano de ganas y en un rió de sueños rotos.
Y aunque he sobrevivido, o eso creo, muchas veces lo he vuelto a intentar de nuevo. Siempre he sabido de lo que soy capaz, de como me he levantado a pesar de los tropiezos y de las murallas que encontrado a lo largo de mi vida.
Siempre me queda la satisfacción que nunca he dejado de dar lo mejor de mi, he dado el 120 porciento. Por eso, si no pudo ser, es porque no iba a ser.
Hoy me levanto nuevamente, vuelvo a ponerme la ropa de trabajo, me ajusto el cinturón y me pongo las botas dispuesto a continuar, dispuesto a dar el todo por el todo, solo me queda una pregunta:
"¿Quieres acompañarme?"
Nadie dijo que iba a ser fácil, pero si que valdría la pena...
1 comentario:
No me parece mala idea...si estuviera cerca te acompañaría! Besos!
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