Aunque caro, cada vez más caro, los boricuas no pueden vivir sin su arroz.
Las góndolas de uno de los supermercados principales del país exhibían desde ayer otro aumento de 20 centavos en el precio del paquete regular de arroz, un golpe al que los consumidores reaccionaban con pesar y resignación.
Pero, la mayoría dijo que no le ve sustituto al acompañamiento por excelencia de la comida puertorriqueña: el arroz.
“Mortal... esto está mortal”, dijo Monserrate González mientras hacía la compra en el supermercado Pueblo de Isla Verde.
Doña Monserrate dijo que el “pobre lo más que come es arroz” y que no tendrá más remedio que adquirirlo al precio que se lo vendan. Ella, sin embargo, intentaba ayer economizar comprando dos fardos, en vez de uno.
La hija de doña Monserrate, Xiomara González -madre de seis- no tendrá más remedio que seguir con la misma ración. Sus nenes comen “arroz por un tubo y siete llaves”.
“Esto está malísimo. Cada vez son más los aumentos”, lamentó, por otro lado, Pedro Fontánez, quien decidió resolver su disloque financiero excluyendo de la compra los licores y la cerveza.
Pero, el arroz sigue en su lista.
Graciela Malavé, de Fajardo, compartió con este diario sus trucos para ahorrarse algunos centavos en la compra: cambió de marca de arroz y ahora se aprovecha de la promoción de una cadena de supermercados que iguala los especiales de otros establecimientos, cualquiera que éstos sean.
La impotencia del consumidor con el vertiginoso aumento de los comestibles, y los combustibles, lo resumió don Emilio Tolléns, de Boca de Cangrejos.
Según dijo, en la Isla es imposible escaparse de la inflación “porque dependemos de muchos productos, entre otros, de la gasolina y del arroz para la comida”.
Sube la mixta
En la fonda la historia es similar.
La mixta -arroz, habichuelas y carne- aumentó de precio, inclusive por el alza también dramática que ha experimentado el aceite y la manteca.
En la plaza del mercado de Santurce, el dueño de la fonda El Alto del Cabro, Héctor Agosto, dijo que “para tratar bien a los clientes” él aumentó su especial de almuerzos, pero sólo 25 centavos más.
Hace tres años, Agosto vendía una mixta de arroz, habichuelas y pollo al horno en $4.74. Ahora, el mismo plato cuesta $5.50, sin incluir el sales tax.
La paella es más carita.
Hace tres años, se vendía en $8.50 y ahora hay que pagarla a $11.77 con el impuesto sobre ventas y uso (IVU).
En Alto del Cabro la ración de arroz no se ha visto reducida como mecanismo de control de precios. Eso no es factible.
Fondas como ésta subsisten, precisamente, por sus porciones generosas de comida criolla.
fuente: Primera Hora
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