Los caimanes suelen enfrentarse en violentas luchas sobre territorios y parejas. Los científicos han estado desconcertados porque en muy escasas ocasiones se infectan las heridas.
Los investigadores piensan que el secreto radica en la sangre de los reptiles.
Químicos en Luisiana descubrieron que la sangre del caimán de América está en condiciones de destruir 23 diferentes tipos de bacterias, entre ellas algunas que son resistentes a los antibióticos. Además, la sangre logró desbaratar una gran cantidad de VIH, el virus causante del sida.
Lancia Darville, coautor del estudio, cree que los péptidos -fragmentos de proteínas- que hay en la sangre de los caimanes ayudan a los animales a evitar infecciones fatales. Esos péptidos también se encuentran en la piel de ranas y de sapos, así como en los dragones Komodo y en los cocodrilos. Los científicos tienen esperanzas de que esos péptidos podrían, algún día, ser usados en remedios que ofrezcan a los seres humanos el mismo tipo de protección.
“Estamos en el proceso de separar y de identificar los péptidos específicos en la sangre del caimán”, dijo Darville.Mark Merchant, coautor del estudio, fue uno de los primeros en advertir la inusual resistencia de los caimanes. Pese a vivir en medio de pantanos, donde prosperan las bacterias, los caimanes que sufrían lesiones en muy escasas ocasiones desarrollaban infecciones fatales.
Merchant creó suero humano y de caimán -un plasma sanguíneo rico en proteínas al que se eliminaron los agentes de coagulación- y expuso a cada uno de ellos a 23 tipos diferentes de bacterias. El suero humano destruyó sólo ocho de las variedades de bacterias. Pero el suero de caimán mató a los 23.
El equipo de investigadores cree que píldoras y cremas que contienen péptidos de caimán estarían disponibles en los próximos 7 a 10 años. Tales productos serían excelentes para pacientes que necesitan ayuda extra a fin de evitar infecciones, tales como los enfermos de diabetes. Sin embargo, pruebas iniciales indican que altas concentraciones del suero de caimán suelen ser tóxicas para las células humanas.
fuente: El Nuevo Dia
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