Unos cuantos años después de que yo nací, mi padre conoció a un extraño en nuestro pequeño pueblo.
Desde el principio mi padre quedó fascinado con este recién llegado encantador personaje, y enseguida le invitó a que viviera con nuestra familia.
El extraño aceptó y desde entonces ha estado con nosotros. Mientras yo crecía nunca pregunté su lugar en mi familia, en mi mente joven ya tenía un lugar muy especial. Mis padres eran instructores complementarios: mi mamá me enseñó lo que era bueno y lo que era malo y mi papá me enseñó a obedecer. Pero el extraño era nuestro narrador. Nos mantenía hechizados por horas al extremo con aventuras, misterios y comedias.
Si yo quería saber cualquier cosa de política, historia o ciencia, siempre sabía las contestaciones sobre el pasado. ¡Conocía del presente y hasta podía predecir el futuro!
Llevó a mi familia al primer juego de de las ligas mayores de béisbol. Me hacia reír, y me hacia llorar. El extraño nunca paraba de hablar, pero a mi padre no le importaba.
A veces mi mamá se levantaba temprano y callada mientras que el resto de nosotros estábamos pendientes para escuchar lo que el extraño tenía que decir, pero ella se iba a la cocina para tener paz y tranquilidad.
Ahora me pregunto si ella habría orado alguna vez para que el extraño se fuera de nuestra casa.
Mi padre dirigió nuestro hogar con ciertas convicciones morales, pero el extraño nunca se sentía obligado a honrarlas. Las blasfemias, por ejemplo, no fueron permitidas en nuestra casa ni en la de nuestros amigos o de cualesquiera visitantes.. Sin embargo, nuestro visitante de largo plazo lograba pronunciar las palabras ésas que quemaban mis oídos e hicieron que mi papá se retorciera y mi madre se ruborizara.
Mi papá nunca nos dio permiso para usar alcohol de manera liberal, pero el extraño nos animó a intentarlo sobre una base regular. Hizo que los cigarrillos parecieran frescos e inofensivos, y que los cigarros y las pipas se vieran distinguidas. Hablaba libremente quizás demasiado sobre sexo y sus comentarios eran a veces evidentes, a veces sugestivos, y generalmente vergonzosos.
Mil y una veces nos hizo ver que matar es algo natural y hasta correcto, si está inspirado en una buena causa.
Ahora sé que mis conceptos sobre las relaciones humanas fueron influenciados fuertemente durante mi adolescencia por el extraño. Repetidas veces lo reprendieron y raramente le hizo caso a los valores de mis padres y NUNCA le pidieron que se fuera.
Más de cuarenta años han pasado desde que el extraño se mudó con nuestra familia. Desde entonces ha cambiado mucho y ya no es casi tan fascinante como era al principio. No obstante, si hoy usted pudiera entrar en la guarida de mis padres, todavía lo encontraría sentado en su esquina, esperando a alguien para que escuchara sus charlas y para verlo dibujar sus cuadros.
¿Su nombre? ¡Nosotros lo llamamos televisor!
¡AHORA EL EXTRAÑO TIENE UNA ESPOSA QUE SE LLAMA COMPUTADORA Y UN HIJO QUE SE LLAMA CELULAR!
martes, 31 de enero de 2012
La mejor epoca para ser feliz...
Existe solamente una edad para que la gente sea feliz.
Solamente una época en la vida de cada persona en que es posible soñar y hacer planes y tener energías suficientes para realizarlos en contra de todas las dificultades y obstáculos.
Una sola edad para que la gente se encante con la vida y viva apasionadamente y disfrutar de todo con toda la intensidad, sin miedo ni culpa de sentir placer.
Fase dorada en que la gente puede crear y recrear la vida a nuestra propia imagen y semejanza. Vestirse con todos los colores, experimentar todos los sabores y entregarse a todos los amores sin pre-conceptos ni pudores.
Tiempo de entusiasmo y coraje en que todo desafió no es mas que una invitación a la lucha que la gente enfrenta con toda la disposición de intentar algo nuevo, de nuevo y de nuevo y cuantas veces sea necesario.
Esa edad tan fugaz en la vida de la gente se llama PRESENTE y tiene la duración del instante que pasa y que sigue pasando...
Solamente una época en la vida de cada persona en que es posible soñar y hacer planes y tener energías suficientes para realizarlos en contra de todas las dificultades y obstáculos.
Una sola edad para que la gente se encante con la vida y viva apasionadamente y disfrutar de todo con toda la intensidad, sin miedo ni culpa de sentir placer.
Fase dorada en que la gente puede crear y recrear la vida a nuestra propia imagen y semejanza. Vestirse con todos los colores, experimentar todos los sabores y entregarse a todos los amores sin pre-conceptos ni pudores.
Tiempo de entusiasmo y coraje en que todo desafió no es mas que una invitación a la lucha que la gente enfrenta con toda la disposición de intentar algo nuevo, de nuevo y de nuevo y cuantas veces sea necesario.
Esa edad tan fugaz en la vida de la gente se llama PRESENTE y tiene la duración del instante que pasa y que sigue pasando...
jueves, 26 de enero de 2012
La bañera...
Durante una visita a un Instituto Psiquiátrico, le pregunté al Director, qué criterio se usaba para definir si un paciente debería o no ser Internado.
- "Bueno", dijo el Director,
- "hacemos la prueba siguiente: llenamos una bañera, luego al paciente le ofrecemos una cucharita, una taza y un balde y le pedimos que vacíe la bañera. En función de como vacíe la bañera, sabemos si hay que internarlo o no y con que tratamiento empezar."
- "Ah, entiendo" - dije. - "Una persona normal usaría el balde porque es más grande que la cucharita y la taza".
- "No". - dijo el Director.
- "Una persona normal sacaría el tapón. Usted que prefiere, ¿una habitación con o sin vista al jardín?"
Espero que ustedes como lectores, no habrán pensado que utilizarían también el balde...
- "Bueno", dijo el Director,
- "hacemos la prueba siguiente: llenamos una bañera, luego al paciente le ofrecemos una cucharita, una taza y un balde y le pedimos que vacíe la bañera. En función de como vacíe la bañera, sabemos si hay que internarlo o no y con que tratamiento empezar."
- "Ah, entiendo" - dije. - "Una persona normal usaría el balde porque es más grande que la cucharita y la taza".
- "No". - dijo el Director.
- "Una persona normal sacaría el tapón. Usted que prefiere, ¿una habitación con o sin vista al jardín?"
Espero que ustedes como lectores, no habrán pensado que utilizarían también el balde...
miércoles, 25 de enero de 2012
Cuando el viento sopla...
Un hacendado, que poseía tierras a lo largo del litoral de un país caribeño, constantemente necesitaba empleados.
La mayoría de las personas estaban poco dispuestas a trabajar en campos a lo largo del Atlántico. Temían las horribles tempestades que barrían aquella región y que hacían estragos en las construcciones y las plantaciones.
Buscando nuevos empleados, no encontraba a nadie que quisiera aceptar. Finalmente, un hombre bajo y delgado, y de mediana edad, se aproximó al hacendado.
— "¿Usted es un buen labrador?" —le preguntó el hacendado.
— "Bueno, yo puedo dormir cuando el viento sopla..." —le respondió el pequeño hombre.
Aunque bastante confundido con la respuesta el hacendado, desesperado por ayuda, lo empleó. Este pequeño hombre trabajó bien en todo el campo, manteniéndose ocupado desde el amanecer hasta el anochecer.
El hacendado estaba satisfecho con el trabajo del hombre.
Pero entonces, una noche el viento sopló ruidosamente. El hacendado saltó de la cama, agarró una lámpara y corrió hasta el alojamiento del empleado. Sacudió al pequeño hombre y le gritó:
— "¡Levántate! ¡Una tempestad está llegando! ¡Amarra las cosas antes que sean arrastradas!"
El hombre se dio vuelta en la cama y le dijo firmemente:
— "No, señor. Ya se lo dije: yo puedo dormir cuando el viento sopla."
Enfurecido por la respuesta, el hacendado estuvo tentado a despedirlo inmediatamente. En vez de eso, se apresuró a salir y preparar el terreno para la tempestad. Del empleado se ocuparía después.
Pero, para su asombro, encontró que todas las pacas de heno habían sido cubiertas con lonas firmemente atadas al suelo. Las vacas estaban bien protegidas en el granero, los pollos en el gallinero, y todas las puertas muy bien trabadas. Las ventanas bien cerradas y aseguradas. Todo estaba amarrado. Nada podría ser arrastrado.
El hacendado entonces entendió lo que su empleado le había querido decir. Y retornó a su cama para también dormir cuando el viento soplaba.
Cuando vivimos una vida preparados y no la azar, las tempestades no nos podrán perturbar. Debemos preparando esperando lo peor, y asi nunca nos tomaran desprevenidos...
La mayoría de las personas estaban poco dispuestas a trabajar en campos a lo largo del Atlántico. Temían las horribles tempestades que barrían aquella región y que hacían estragos en las construcciones y las plantaciones.
Buscando nuevos empleados, no encontraba a nadie que quisiera aceptar. Finalmente, un hombre bajo y delgado, y de mediana edad, se aproximó al hacendado.
— "¿Usted es un buen labrador?" —le preguntó el hacendado.
— "Bueno, yo puedo dormir cuando el viento sopla..." —le respondió el pequeño hombre.
Aunque bastante confundido con la respuesta el hacendado, desesperado por ayuda, lo empleó. Este pequeño hombre trabajó bien en todo el campo, manteniéndose ocupado desde el amanecer hasta el anochecer.
El hacendado estaba satisfecho con el trabajo del hombre.
Pero entonces, una noche el viento sopló ruidosamente. El hacendado saltó de la cama, agarró una lámpara y corrió hasta el alojamiento del empleado. Sacudió al pequeño hombre y le gritó:
— "¡Levántate! ¡Una tempestad está llegando! ¡Amarra las cosas antes que sean arrastradas!"
El hombre se dio vuelta en la cama y le dijo firmemente:
— "No, señor. Ya se lo dije: yo puedo dormir cuando el viento sopla."
Enfurecido por la respuesta, el hacendado estuvo tentado a despedirlo inmediatamente. En vez de eso, se apresuró a salir y preparar el terreno para la tempestad. Del empleado se ocuparía después.
Pero, para su asombro, encontró que todas las pacas de heno habían sido cubiertas con lonas firmemente atadas al suelo. Las vacas estaban bien protegidas en el granero, los pollos en el gallinero, y todas las puertas muy bien trabadas. Las ventanas bien cerradas y aseguradas. Todo estaba amarrado. Nada podría ser arrastrado.
El hacendado entonces entendió lo que su empleado le había querido decir. Y retornó a su cama para también dormir cuando el viento soplaba.
Cuando vivimos una vida preparados y no la azar, las tempestades no nos podrán perturbar. Debemos preparando esperando lo peor, y asi nunca nos tomaran desprevenidos...
viernes, 20 de enero de 2012
El rico maví (mabí, mauby)...
El maví (Puerto Rico), también conocido como mabí, mauby o “pru”, del inglés brew, en las Antillas y en el Norte de Venezuela, es una bebida fermentada con raiz del arbol de maví (Colubrina elliptica), azucar canela y otros ingredientes de origen afrocaribeno.
Es un tipo de té o jarabe hecho en muchas islas del Caribe que tiene un sabor distinto que algunos dicen que se parece a la cerveza de raíz (root beer) en el sabor.
A diferencia de la cerveza de raíz (root beer), el maví, que también puede escribirse Mabi, Maby, y Mauby, tiende a tener un sabor muy amargo.
La gente que ama la bebida dicen que es un gusto adquirido, pero es muy refrescante. Es de lejos una de las bebidas más populares en el Caribe, la cual mucha gente adquiere el gusto por la bebida en la infancia.
Aunque por otra parte, muchos visitantes en el Caribe también se convierten rápidamente en fanáticos del ella, pues engancha su sabor.
La bebida o el jarabe para la bebida se hace hirviendo una corteza de Colubrina elliptica, con azúcar y una gran variedad de especias. Al mirar las recetas individuales de las diferentes islas del Caribe, se observan que las especias y condimentos varían excesivamente. Algunas personas agregan canela, clavos de olor, anís, extracto de vainilla, cola u otros sabores. Muchos sugieren que se debe agregar Amargo de Angostura, que ayuda a equilibrar el regusto amargo.
Las recetas y preparados caseros carecen de efervescencia o gas. La bebida no suelen contener alcohol, aunque se pueden encontrar algunas variedades fermentadas naturalmente que puede contener un porcentaje bajo, o mezclan el jarabe con otras bebidas haciendo cócteles locales. Algunas personas agregan ron y así hacen una bebida similar al ron con coca cola (Cuba Libre o mentirita). En casi todos los casos, se bebe en frio para aumentar sus cualidades refrescantes.
Hay una gran tradición respecto a los beneficios de salud de este té, pero aun no se ponen de acuerdo sobre si es bueno o malo o sino tiene efecto alguno. Ciertamente, su alto contenido de azúcar no puede ser bueno para los diabeticos, aunque el contenido de azúcar es generalmente más bajo que el de los refrescos carbonatados. Algunos afirman que el maví es un afrodisíaco, mientras que otros han afirmado que la bebida provoca impotencia.
Otras alegaciones sobre esta bebida es que es bueno para la artritis, reduce el colesterol, trata la diarrea, y puede ayudar a combatir la diabetes. Sólo una afirmación sobre sus beneficios de salud ha sido estudiado clínicamente. De acuerdo con la Universidad de las Indias Occidentales, el maví, especialmente cuando se combina con leche de coco, puede disminuir la presión arterial.
Si usted no tiene tiempo para hacer su maví, puedes encontrar el jarabe en Internet, o mejor aún, hacer un viaje al Caribe para disfrutar de este elixir. Usted puede tener un poco de suerte y encontrar jarabe de maví en alguna tienda de Puerto Rico y así llevarse consigo, pero por lo general conseguirá Maví listo para tomar. Si usted tiene la oportunidad de visitar las distintas islas, podrá notar las diferencias en el sabor del preparado en cada isla del Caribe.
Sin duda me crié en Puerto Rico, y mi paladar esta acostumbrado a las de esas tierras. He podido disfrutar de algunas elaboraciones de otros países y puedo dar fe de la diferencias, pero la variedad es lo que hace a este mundo, único.
Es un tipo de té o jarabe hecho en muchas islas del Caribe que tiene un sabor distinto que algunos dicen que se parece a la cerveza de raíz (root beer) en el sabor.
Raiz de Maví (Colubrina elliptica) |
La gente que ama la bebida dicen que es un gusto adquirido, pero es muy refrescante. Es de lejos una de las bebidas más populares en el Caribe, la cual mucha gente adquiere el gusto por la bebida en la infancia.
Aunque por otra parte, muchos visitantes en el Caribe también se convierten rápidamente en fanáticos del ella, pues engancha su sabor.
La bebida o el jarabe para la bebida se hace hirviendo una corteza de Colubrina elliptica, con azúcar y una gran variedad de especias. Al mirar las recetas individuales de las diferentes islas del Caribe, se observan que las especias y condimentos varían excesivamente. Algunas personas agregan canela, clavos de olor, anís, extracto de vainilla, cola u otros sabores. Muchos sugieren que se debe agregar Amargo de Angostura, que ayuda a equilibrar el regusto amargo.
Maví embotellado listo para tomar |
Hay una gran tradición respecto a los beneficios de salud de este té, pero aun no se ponen de acuerdo sobre si es bueno o malo o sino tiene efecto alguno. Ciertamente, su alto contenido de azúcar no puede ser bueno para los diabeticos, aunque el contenido de azúcar es generalmente más bajo que el de los refrescos carbonatados. Algunos afirman que el maví es un afrodisíaco, mientras que otros han afirmado que la bebida provoca impotencia.
Otras alegaciones sobre esta bebida es que es bueno para la artritis, reduce el colesterol, trata la diarrea, y puede ayudar a combatir la diabetes. Sólo una afirmación sobre sus beneficios de salud ha sido estudiado clínicamente. De acuerdo con la Universidad de las Indias Occidentales, el maví, especialmente cuando se combina con leche de coco, puede disminuir la presión arterial.
Si usted no tiene tiempo para hacer su maví, puedes encontrar el jarabe en Internet, o mejor aún, hacer un viaje al Caribe para disfrutar de este elixir. Usted puede tener un poco de suerte y encontrar jarabe de maví en alguna tienda de Puerto Rico y así llevarse consigo, pero por lo general conseguirá Maví listo para tomar. Si usted tiene la oportunidad de visitar las distintas islas, podrá notar las diferencias en el sabor del preparado en cada isla del Caribe.
Sin duda me crié en Puerto Rico, y mi paladar esta acostumbrado a las de esas tierras. He podido disfrutar de algunas elaboraciones de otros países y puedo dar fe de la diferencias, pero la variedad es lo que hace a este mundo, único.
La Caldera de Taburiente
La isla canaria de La Palma merece siempre una visita, aunque solo fuera para visitar la Caldera de Taburiente. Recorrer sus laderas y barrancos es una experiencia única; después de todo estarán dentro de lo que fue un volcán.
El Parque Nacional de la Caldera de Taburiente es como el resto del archipiélago, de naturaleza volcánica. Sin embargo, se distingue por la gran cantidad de recursos hidrológicos que posee, tanto subterráneos como superficiales.
El Roque los Muchachos, declarado Parque Nacional en 1954 y Reserva Mundial de la Biosfera en el 2002, tiene una superficie de 46.9 km² (18.10 Mi²) , que junto a la Zona Periférica de Protección comprende un total de 59.56 km² (23 Mi²).
Situada en el mismo centro geográfico de La Palma, la Caldera de Taburiente comprende una gran depresión rodeada de abruptas paredes que sobrepasan los 2.000 metros (6561.67 pies) de altura, destacando el Roque de Los Muchachos que con sus 2.426 metros (7959.32 pies) es el punto más alto de la isla.
En este lugar, el paisaje palmero adquiere entidad única. Cubierta de pinos, surcada por barrancos por los que discurren riachuelos de aguas puras y transparentes, es fuente permanente de inspiración para geólogos, vulcanólogos, botánicos y zoólogos.
El agua ha ido modelando el relieve durante siglos. Si en su interior el conjunto forma un espectáculo increíble, no menos admirable es contemplar la Caldera de Taburiente desde los miradores naturales que se localizan en el exterior (Cumbrecita, Bejenado, Los Andenes).
La Caldera representa principalmente al ecosistema del Pino canario, teniendo además una enorme importancia las comunidades de Roquedos por el alto número de especies endémicas que presentan.
Su paisaje es espectacular. En un circo de cumbres de 8 kilómetros (4.97 millas) de diámetro hay desniveles de 2.000 metros (6561.67 pies) con una red dendrítica de arroyos y torrentes que nos manifiestan una fuerte erosión hidrológica.
Las formaciones geológicas de alto interés nos llevan desde los componentes del complejo basal (lavas almohadilladas, magmáticas plutónicas, diques basálticos, aglomerados y roques) a las series más modernas de la pared, donde se perciben: coladas, diques de basalto recuerdo de las antiguas chimeneas, conos volcánicos y sus zonas de influencia y restos de erupciones explosivas por acumulación de piroclastos de llamativos colores.
Fuente: 20minutos.es
Nos acostumbramos...
Nos acostumbramos a vivir en nuestra casa, y a no tener otra vista que no sean las ventanas que nos rodean. Y como estamos acostumbrados a no tener vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera. Y como no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas. Y porque no abrimos completamente las cortinas, nos acostumbramos a encender más temprano la luz. Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados, porque se nos hizo tarde.
A tomar rápido el café, porque estamos atrasados. A comer un sandwich, porque no da tiempo para comer a gusto. A salir del trabajo, porque cae la noche. A cenar rápido, y dormir con el estómago lleno, sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a esperar un 'no puedo' en el teléfono. A sonreír, sin recibir una sonrisa de regreso. A ser ignorados cuando precisamos ser vistos.
Si el trabajo está difícil, nos consolamos pensando en el fin de semana. Y si en el fin de semana no hay mucho que hacer, vamos a dormir temprano y nos acostumbramos a quedar satisfechos, porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida, que poco a poco igual se gasta, y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivirla.
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados, porque se nos hizo tarde.
A tomar rápido el café, porque estamos atrasados. A comer un sandwich, porque no da tiempo para comer a gusto. A salir del trabajo, porque cae la noche. A cenar rápido, y dormir con el estómago lleno, sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a esperar un 'no puedo' en el teléfono. A sonreír, sin recibir una sonrisa de regreso. A ser ignorados cuando precisamos ser vistos.
Si el trabajo está difícil, nos consolamos pensando en el fin de semana. Y si en el fin de semana no hay mucho que hacer, vamos a dormir temprano y nos acostumbramos a quedar satisfechos, porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida, que poco a poco igual se gasta, y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivirla.
jueves, 19 de enero de 2012
El sueño de la rosa...
El primer día en la Universidad, el profesor se presentó y nos pidió que buscáramos en la clase a alguien que no conociéramos, y nos presentáramos.
Yo estaba buscando entre mis compañeros, cuando sentí una mano gentil que tocó mi hombro.
Me di vuelta, y pude ver a una viejecita cerrándome el ojo, y brindándome una hermosísima sonrisa que la iluminaba completamente.
Ella me dijo:
- "Hola guapo. Mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años, ¿Puedo darte un abrazo?"
Mi carcajada fue inmediata y le contesté: "¡Por supuesto que puede!"
Y me dio un gran apretón.
- "¿Por qué estás en la universidad a una edad tan joven e inocente?" - Pregunté.
Ella, sonriente, respondió: "Estoy aquí para encontrar a un joven millonario, casarme, tener una pareja de niños, y luego retirarme a viajar por el mundo."
- "No, en serio", le dije.
Me preguntaba ¿Qué había motivado a una mujer de su
edad a aceptar un reto tan grande como éste? Yo siempre soñé con tener educación universitaria, y ahora estoy cumpliendo mi sueño.
Después de clases, fuimos al Centro Estudiantil y compartimos una batida de chocolate. En ese mismo momento nos hicimos amigos.
Todos los días en los siguientes tres meses, salíamos juntos de clases y no parábamos de charlar. Yo estaba siempre atónito escuchando a esta 'Máquina del tiempo', que compartía toda su sabiduría y su conocimiento conmigo.
A lo largo del año, Rosa se convirtió en el icono del campus, haciendo amigos fácilmente en cualquier lugar a donde fuera. Ella amaba vestirse bien, y disfrutaba la atención incondicional de los estudiantes que la rodeaban. Estaba dándose su gusto, viviendo la vida. Al final del semestre, la invitamos a dar un discurso en el banquete del equipo de fútbol, y nunca olvidaré lo que nos enseñó.
Fue presentada, y subió al podio. Mientras acomodaba las tarjetas del discurso que nos daría, algunas se le cayeron al piso.
Desconcertada y un poco avergonzada, tomó el micrófono, y simplemente dijo:
- "Lo siento, estoy un poco nerviosa. ¡Me tomé una cerveza y este whisky me está matando! Nunca recuperaré mi discurso en orden nuevamente, así que déjenme decirles solamente lo que sé."
Mientras nos reíamos, ella aclaró su garganta y empezó:
- "Nosotros no dejamos de jugar porque nos hacemos viejos; crecemos viejos porque dejamos de jugar."
"Sólo existen dos secretos para permanecer jóvenes: Ser felices y acumular éxitos. Tienen que reír. Tienen que buscar alegría y humor en todo lo que hacen, todos los días de su vida."
"Tienen que tener un sueño. Cuando pierdes los sueños, mueres. Hay mucha gente caminando a nuestro alrededor que está muerta, y ni siquiera se ha dado cuenta."
"Existe una diferencia enorme entre envejecer y crecer. Si tienes diecinueve años y te quedas en cama por un año entero, sin hacer nada productivo, al final habrás envejecido un año y tendrás veinte años, pero ¿creciste?. Si yo, a mis ochenta y siete años, me quedo en cama por un año sin hacer nada, al final tendré ochenta y ocho años, habré envejecido un año más, pero no habré crecido ni un ápice. Nadie deja de envejecer. No necesitas ningún talento o habilidad especial para envejecer. La idea es crecer pero siempre buscando la oportunidad en el cambio."
"No tengan remordimientos, los ancianos usualmente no tenemos remordimientos por lo que no hicimos. Los únicos que tienen miedo de morirse, son aquellos con remordimientos."
Ella concluyó su discurso cantando valientemente "La Rosa".
Nos desafió a todos a estudiar detenidamente la letra de esa canción, y a vivirla en nuestras vidas.
Cuando el año concluyó, Rosa obtuvo el grado universitario que había empezado hacía tantos años. Una semana después de la graduación, murió pacíficamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes de la universidad fueron a su funeral a rendir tributo a esa maravillosa mujer, que nos enseñó con el ejemplo que nunca es muy tarde para ser todo lo que puedes ser.
Letra de La Rosa:
"Algunos dicen que el amor es como un río, que ahoga a los delicados arbustos de sus orillas.
Algunos dicen que el amor es como una navaja, que deja tu alma sangrando.
Algunos dicen que el amor es como una hambruna, una interminable y dolorosa necesidad.
Yo digo que el amor es una flor, y tú sólo eres la semilla.
Es el corazón temeroso de ser roto, que jamás aprendió a bailar.
Es el sueño con miedo de despertar, que nunca aprovechó la oportunidad.
Es aquel que nunca fue querido y que nunca quiso, y el alma temerosa de morir, que nunca aprendió a vivir."
Cuando la noche ha sido demasiado solitaria, y el camino demasiado largo, y piensas que el amor es sólo para los afortunados y los fuertes, sólo recuerda que en invierno, debajo de la profunda nieve, descansan las semillas que en primavera, con el amor del sol, se convertirán en rosas.
Yo estaba buscando entre mis compañeros, cuando sentí una mano gentil que tocó mi hombro.
Me di vuelta, y pude ver a una viejecita cerrándome el ojo, y brindándome una hermosísima sonrisa que la iluminaba completamente.
Ella me dijo:
- "Hola guapo. Mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años, ¿Puedo darte un abrazo?"
Mi carcajada fue inmediata y le contesté: "¡Por supuesto que puede!"
Y me dio un gran apretón.
- "¿Por qué estás en la universidad a una edad tan joven e inocente?" - Pregunté.
Ella, sonriente, respondió: "Estoy aquí para encontrar a un joven millonario, casarme, tener una pareja de niños, y luego retirarme a viajar por el mundo."
- "No, en serio", le dije.
Me preguntaba ¿Qué había motivado a una mujer de su
edad a aceptar un reto tan grande como éste? Yo siempre soñé con tener educación universitaria, y ahora estoy cumpliendo mi sueño.
Después de clases, fuimos al Centro Estudiantil y compartimos una batida de chocolate. En ese mismo momento nos hicimos amigos.
Todos los días en los siguientes tres meses, salíamos juntos de clases y no parábamos de charlar. Yo estaba siempre atónito escuchando a esta 'Máquina del tiempo', que compartía toda su sabiduría y su conocimiento conmigo.
A lo largo del año, Rosa se convirtió en el icono del campus, haciendo amigos fácilmente en cualquier lugar a donde fuera. Ella amaba vestirse bien, y disfrutaba la atención incondicional de los estudiantes que la rodeaban. Estaba dándose su gusto, viviendo la vida. Al final del semestre, la invitamos a dar un discurso en el banquete del equipo de fútbol, y nunca olvidaré lo que nos enseñó.
Fue presentada, y subió al podio. Mientras acomodaba las tarjetas del discurso que nos daría, algunas se le cayeron al piso.
Desconcertada y un poco avergonzada, tomó el micrófono, y simplemente dijo:
- "Lo siento, estoy un poco nerviosa. ¡Me tomé una cerveza y este whisky me está matando! Nunca recuperaré mi discurso en orden nuevamente, así que déjenme decirles solamente lo que sé."
Mientras nos reíamos, ella aclaró su garganta y empezó:
- "Nosotros no dejamos de jugar porque nos hacemos viejos; crecemos viejos porque dejamos de jugar."
"Sólo existen dos secretos para permanecer jóvenes: Ser felices y acumular éxitos. Tienen que reír. Tienen que buscar alegría y humor en todo lo que hacen, todos los días de su vida."
"Tienen que tener un sueño. Cuando pierdes los sueños, mueres. Hay mucha gente caminando a nuestro alrededor que está muerta, y ni siquiera se ha dado cuenta."
"Existe una diferencia enorme entre envejecer y crecer. Si tienes diecinueve años y te quedas en cama por un año entero, sin hacer nada productivo, al final habrás envejecido un año y tendrás veinte años, pero ¿creciste?. Si yo, a mis ochenta y siete años, me quedo en cama por un año sin hacer nada, al final tendré ochenta y ocho años, habré envejecido un año más, pero no habré crecido ni un ápice. Nadie deja de envejecer. No necesitas ningún talento o habilidad especial para envejecer. La idea es crecer pero siempre buscando la oportunidad en el cambio."
"No tengan remordimientos, los ancianos usualmente no tenemos remordimientos por lo que no hicimos. Los únicos que tienen miedo de morirse, son aquellos con remordimientos."
Ella concluyó su discurso cantando valientemente "La Rosa".
Nos desafió a todos a estudiar detenidamente la letra de esa canción, y a vivirla en nuestras vidas.
Cuando el año concluyó, Rosa obtuvo el grado universitario que había empezado hacía tantos años. Una semana después de la graduación, murió pacíficamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes de la universidad fueron a su funeral a rendir tributo a esa maravillosa mujer, que nos enseñó con el ejemplo que nunca es muy tarde para ser todo lo que puedes ser.
Letra de La Rosa:
"Algunos dicen que el amor es como un río, que ahoga a los delicados arbustos de sus orillas.
Algunos dicen que el amor es como una navaja, que deja tu alma sangrando.
Algunos dicen que el amor es como una hambruna, una interminable y dolorosa necesidad.
Yo digo que el amor es una flor, y tú sólo eres la semilla.
Es el corazón temeroso de ser roto, que jamás aprendió a bailar.
Es el sueño con miedo de despertar, que nunca aprovechó la oportunidad.
Es aquel que nunca fue querido y que nunca quiso, y el alma temerosa de morir, que nunca aprendió a vivir."
Cuando la noche ha sido demasiado solitaria, y el camino demasiado largo, y piensas que el amor es sólo para los afortunados y los fuertes, sólo recuerda que en invierno, debajo de la profunda nieve, descansan las semillas que en primavera, con el amor del sol, se convertirán en rosas.
Muchas veces esperamos...
Una chica le preguntó a un chico, si pensaba que ella era bonita. Él dijo que no.
Ella le preguntó si él quería estar con ella para siempre, y él dijo que no.
Entonces ella le preguntó que si ella se fuera, él lloraría; y él dijo que no.
Ya había escuchado suficiente. Ella comenzó a caminar, y las lágrimas comenzaron a brotar. El chico la agarró de un brazo, y le dijo:
- "Tú no eres linda, eres hermosa. No quiero estar contigo por siempre, necesito estar contigo por siempre. Y si te vas, no lloraría, simplemente moriría..."
Muy a menudo no nos damos cuenta de lo que tenemos, hasta que no lo perdemos. Muchas veces esperamos demasiado para decir: "Lo siento", "Estaba equivocado".
A veces parece que dañamos a las personas que más amamos en nuestros corazones, y permitimos que cosas tontas nos separen. Muchas veces, dejamos que las cosas que no son importantes entren a nuestra mente, y usualmente es muy tarde para ver lo que nos dañó.
Entonces, asegúrate de dejarle saber a las personas más importantes en tu vida, cuánto las quieres y cuánto ellas significan para ti. Tómate el tiempo de decir las palabras, antes de que tu tiempo se acabe. Asegúrate de apreciar todo lo que has obtenido, y sé agradecido por las cosas pequeñas de la vida, que significan mucho.
Ella le preguntó si él quería estar con ella para siempre, y él dijo que no.
Entonces ella le preguntó que si ella se fuera, él lloraría; y él dijo que no.
Ya había escuchado suficiente. Ella comenzó a caminar, y las lágrimas comenzaron a brotar. El chico la agarró de un brazo, y le dijo:
- "Tú no eres linda, eres hermosa. No quiero estar contigo por siempre, necesito estar contigo por siempre. Y si te vas, no lloraría, simplemente moriría..."
Muy a menudo no nos damos cuenta de lo que tenemos, hasta que no lo perdemos. Muchas veces esperamos demasiado para decir: "Lo siento", "Estaba equivocado".
A veces parece que dañamos a las personas que más amamos en nuestros corazones, y permitimos que cosas tontas nos separen. Muchas veces, dejamos que las cosas que no son importantes entren a nuestra mente, y usualmente es muy tarde para ver lo que nos dañó.
Entonces, asegúrate de dejarle saber a las personas más importantes en tu vida, cuánto las quieres y cuánto ellas significan para ti. Tómate el tiempo de decir las palabras, antes de que tu tiempo se acabe. Asegúrate de apreciar todo lo que has obtenido, y sé agradecido por las cosas pequeñas de la vida, que significan mucho.
Quise olvidar...
Quise olvidar mi pasado y me di cuenta de que olvidaría las cosas buenas de mi vida, los momentos agradables con mi familia, y todas aquellas cosas que he aprendido hasta hoy.
Quise olvidar mis fracasos y me encontré con que los volvía a cometer, pues había olvidado mis experiencias.
Quise olvidar las tragedias que he vivido y todo lo que valoraba perdió su sentido.
Pensé que sería bueno olvidarme de todo el mundo y me sentí solo, vacío y triste.
Trate de alejarme de Dios y además de que no pude, todo me salió peor.
Al final comprendí que toda mi vida es una gran cadena de sentimientos y vivencias, y que cada una de ellas depende de todas las demás.
Y si tratase de borrar alguna, borraría toda mi vida.
Quise olvidar mis fracasos y me encontré con que los volvía a cometer, pues había olvidado mis experiencias.
Quise olvidar las tragedias que he vivido y todo lo que valoraba perdió su sentido.
Pensé que sería bueno olvidarme de todo el mundo y me sentí solo, vacío y triste.
Trate de alejarme de Dios y además de que no pude, todo me salió peor.
Al final comprendí que toda mi vida es una gran cadena de sentimientos y vivencias, y que cada una de ellas depende de todas las demás.
Y si tratase de borrar alguna, borraría toda mi vida.
Te deseo lo suficiente...
Estando en un aeropuerto escuché a un padre con su hija, en sus últimos momentos juntos. Se anunciaba la salida del vuelo de la chica, y junto a la puerta la escuché decir: "papá, nuestra vida juntos ha sido más que suficiente."
"Tu amor es lo que siempre necesité. Te deseo lo suficiente a ti también".
Se besaron, y ella partió.
En el caminó hacia la ventana donde yo estaba sentado, ahí observé que el quería y necesitaba llorar. Intenté no ser un intruso en su privacidad, pero él me preguntó:
- "¿Alguna vez dijo adiós, sabiendo que será para siempre?"
- "Sí lo he hecho", - le conteste.
"Perdone por preguntar, pero ¿por qué es éste un adiós para siempre?", le pregunté.
- "Soy viejo y ella vive muy lejos, tengo desafíos por delante y la realidad es que su próximo viaje será para mi funeral", - dijo.
- "Cuando decía adiós le escuché decir 'te deseo lo suficiente', ¿podría preguntarle qué significan estas palabras?".
- "Ese es un deseo que ha pasado de generación en generación. Mis padres lo decían a todo el mundo". Hizo una pausa, miró hacia arriba, como tratando de de recordar, sonrió una vez más, y agregó:
- "Cuando nosotros decimos 'te deseo lo suficiente', estamos deseándole a la otra persona que tenga una vida llena de suficientes cosas buenas que lo sostengan."
Volteó hacia mí, y como si estuviera recitando, y continuó:
"Te deseo el suficiente sol, para mantener tu actitud brillante. Te deseo la suficiente lluvia, para apreciar más el sol. Te deseo la suficiente felicidad para mantener tu espíritu vivo. Te deseo el suficiente dolor, para que los pequeños logros de la vida te parezcan más grandes".
"Te deseo la suficiente ganancia, para satisfacer tus deseos. Te deseo la suficiente pérdida, para apreciar todo lo que posees. Te deseo los suficientes 'holas', para que te lleven a través del 'adiós final' ".
Entonces, comenzó a sollozar y se alejó.
Dicen que, toma un minuto encontrar a la persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero una vida entera para que poder olvidarle.
"Tu amor es lo que siempre necesité. Te deseo lo suficiente a ti también".
Se besaron, y ella partió.
En el caminó hacia la ventana donde yo estaba sentado, ahí observé que el quería y necesitaba llorar. Intenté no ser un intruso en su privacidad, pero él me preguntó:
- "¿Alguna vez dijo adiós, sabiendo que será para siempre?"
- "Sí lo he hecho", - le conteste.
"Perdone por preguntar, pero ¿por qué es éste un adiós para siempre?", le pregunté.
- "Soy viejo y ella vive muy lejos, tengo desafíos por delante y la realidad es que su próximo viaje será para mi funeral", - dijo.
- "Cuando decía adiós le escuché decir 'te deseo lo suficiente', ¿podría preguntarle qué significan estas palabras?".
- "Ese es un deseo que ha pasado de generación en generación. Mis padres lo decían a todo el mundo". Hizo una pausa, miró hacia arriba, como tratando de de recordar, sonrió una vez más, y agregó:
- "Cuando nosotros decimos 'te deseo lo suficiente', estamos deseándole a la otra persona que tenga una vida llena de suficientes cosas buenas que lo sostengan."
Volteó hacia mí, y como si estuviera recitando, y continuó:
"Te deseo el suficiente sol, para mantener tu actitud brillante. Te deseo la suficiente lluvia, para apreciar más el sol. Te deseo la suficiente felicidad para mantener tu espíritu vivo. Te deseo el suficiente dolor, para que los pequeños logros de la vida te parezcan más grandes".
"Te deseo la suficiente ganancia, para satisfacer tus deseos. Te deseo la suficiente pérdida, para apreciar todo lo que posees. Te deseo los suficientes 'holas', para que te lleven a través del 'adiós final' ".
Entonces, comenzó a sollozar y se alejó.
Dicen que, toma un minuto encontrar a la persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero una vida entera para que poder olvidarle.
miércoles, 18 de enero de 2012
El poder de la lengua...
Un rico mercader quería dar un banquete con comidas especiales. Llamó a su esclavo, y le ordenó que fuera al mercado a comprar la mejor comida.
El esclavo volvió con un bello plato, cubierto con un fino paño. El mercader removió el paño, y asustado dijo:
- "¿Lengua? ¿Es éste el plato más delicioso que encontraste?"
El esclavo, sin levantar la cabeza, respondió:
- "La lengua es el plato más delicioso, si señor. Es con la lengua que usted ordena, pide agua, dice "mamá", hace amistades, conoce personas, distribuye sus bienes y perdona."
"Con la lengua, usted conquista, reúne a las personas, se comunica, dice 'Dios mío', reza, canta, cuenta historias, guarda en la memoria del pasado, hace negocios y dice "yo te amo' ".
El mercader, no muy convencido, quiso probar la sabiduría de su esclavo y lo envió nuevamente al mercado, ordenándole que trajera ahora, el peor de los alimentos.
Volvió el esclavo con un lindo plato, cubierto por un fino tejido que el mercader retiró, ansioso, para conocer el alimento más repugnante.
- "¡Lengua, otra vez!", - dijo el mercader, espantado. "Si, lengua", - dijo el esclavo, ahora más altivo.
"Es la lengua que condena, separa, provoca intrigas y celos.
Es con ella que usted blasfema y manda al infierno."
"La lengua expulsa, aísla, engaña al hermano, responde a la madre, ofende al padre... La lengua declara la guerra."
"Es con ella que usted pronuncia la sentencia de muerte.
No hay nada peor que la lengua, y no hay nada mejor que la lengua. Depende del uso que usted haga de ella."
Y sin esperar respuesta, el siervo hizo una reverencia y se retiró. Y el mercader alabó la sabiduría de su esclavo.
El esclavo volvió con un bello plato, cubierto con un fino paño. El mercader removió el paño, y asustado dijo:
- "¿Lengua? ¿Es éste el plato más delicioso que encontraste?"
El esclavo, sin levantar la cabeza, respondió:
- "La lengua es el plato más delicioso, si señor. Es con la lengua que usted ordena, pide agua, dice "mamá", hace amistades, conoce personas, distribuye sus bienes y perdona."
"Con la lengua, usted conquista, reúne a las personas, se comunica, dice 'Dios mío', reza, canta, cuenta historias, guarda en la memoria del pasado, hace negocios y dice "yo te amo' ".
El mercader, no muy convencido, quiso probar la sabiduría de su esclavo y lo envió nuevamente al mercado, ordenándole que trajera ahora, el peor de los alimentos.
Volvió el esclavo con un lindo plato, cubierto por un fino tejido que el mercader retiró, ansioso, para conocer el alimento más repugnante.
- "¡Lengua, otra vez!", - dijo el mercader, espantado. "Si, lengua", - dijo el esclavo, ahora más altivo.
"Es la lengua que condena, separa, provoca intrigas y celos.
Es con ella que usted blasfema y manda al infierno."
"La lengua expulsa, aísla, engaña al hermano, responde a la madre, ofende al padre... La lengua declara la guerra."
"Es con ella que usted pronuncia la sentencia de muerte.
No hay nada peor que la lengua, y no hay nada mejor que la lengua. Depende del uso que usted haga de ella."
Y sin esperar respuesta, el siervo hizo una reverencia y se retiró. Y el mercader alabó la sabiduría de su esclavo.
El dedo...
Un pobre hombre se encontró con un antiguo amigo, que se había dedicado a la oración y al crecimiento espiritual. El amigo tenía un don sobrenatural, que le permitía hacer milagros.
Como el hombre se quejara de cuantas dificultades estaba pasando en su vida, su amigo, condolido de su situación, tocó con el dedo un ladrillo que, de inmediato, quedó transformado en oro. Se lo ofreció al pobre, pero a éste le pareció que eso era muy poco, y siguió quejándose.
Entonces su amigo tocó un león de piedra, que se convirtió en un león de oro macizo, y lo agregó al ladrillo de oro. Pero el pobre encontró que el regalo era aún insuficiente, y entonces el hacedor de prodigios le preguntó:
- "Bueno... Y ¿Qué es lo que tú quieres? ¿Qué más deseas"
Enseguida contestó el otro: - "¡QUISIERA TU DEDO!"
Muchos no se conforman con lo que tienen, ni aprenden a valorar lo que poseen, porque siempre están pensando en lo que no tienen. Son personas inconformes y difíciles de contentar, aunque le des todo nunca seran felices...
Como el hombre se quejara de cuantas dificultades estaba pasando en su vida, su amigo, condolido de su situación, tocó con el dedo un ladrillo que, de inmediato, quedó transformado en oro. Se lo ofreció al pobre, pero a éste le pareció que eso era muy poco, y siguió quejándose.
Entonces su amigo tocó un león de piedra, que se convirtió en un león de oro macizo, y lo agregó al ladrillo de oro. Pero el pobre encontró que el regalo era aún insuficiente, y entonces el hacedor de prodigios le preguntó:
- "Bueno... Y ¿Qué es lo que tú quieres? ¿Qué más deseas"
Enseguida contestó el otro: - "¡QUISIERA TU DEDO!"
Muchos no se conforman con lo que tienen, ni aprenden a valorar lo que poseen, porque siempre están pensando en lo que no tienen. Son personas inconformes y difíciles de contentar, aunque le des todo nunca seran felices...
martes, 17 de enero de 2012
El burro muerto...
Cuentan que un joven de la ciudad se fué al campo y le compró un burro a un viejo campesino, por $ 100 dolares.
El campesino acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:
- "Lo siento hijo, pero tengo malas noticias... el burro murió".
- "Bueno, entonces devuélvame mi dinero...", replico el joven.
- "No puedo, ya lo he gastado…", le contesto el campesino.
- "Bien... da igual, entrégueme el burro..."
- "Y ¿para qué?... ¿Qué va a hacer con él?"
- "Lo voy a rifar."
- "¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?"
- "Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto."
Un mes después de este suceso, se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador.
- "¿Que pasó con el Burro?"
- "Lo rifé, vendí 500 rifas a $ 2 dolares y gané $998 dolares."
- "¿Y nadie se quejó?"
- "Sólo el ganador... pero a él le devolví sus $ 2 dolares".
El campesino acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:
- "Lo siento hijo, pero tengo malas noticias... el burro murió".
- "Bueno, entonces devuélvame mi dinero...", replico el joven.
- "No puedo, ya lo he gastado…", le contesto el campesino.
- "Bien... da igual, entrégueme el burro..."
- "Y ¿para qué?... ¿Qué va a hacer con él?"
- "Lo voy a rifar."
- "¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?"
- "Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto."
Un mes después de este suceso, se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador.
- "¿Que pasó con el Burro?"
- "Lo rifé, vendí 500 rifas a $ 2 dolares y gané $998 dolares."
- "¿Y nadie se quejó?"
- "Sólo el ganador... pero a él le devolví sus $ 2 dolares".
lunes, 16 de enero de 2012
El elefante del circo...
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de tajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, pregunté a algún maestro, a mi padre o a algún otro por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
"El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño".
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvía a probar, y también al otro y al que seguía... hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso no escapa porque cree que no puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquélla impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás pero jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos hacer" simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos.
Grabamos en nuestro recuerdo "no puedo... no puedo y nunca podré", perdiendo una de las mayores bendiciones con que puede contar un ser humano: la fe.
Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de tajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, pregunté a algún maestro, a mi padre o a algún otro por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
"El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño".
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvía a probar, y también al otro y al que seguía... hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso no escapa porque cree que no puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquélla impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás pero jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos hacer" simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos.
Grabamos en nuestro recuerdo "no puedo... no puedo y nunca podré", perdiendo una de las mayores bendiciones con que puede contar un ser humano: la fe.
sábado, 14 de enero de 2012
Dolor de pie...
Cuando era joven, mas joven que ahora, conocí un hombre mayor que sufría grandemente de un constante y agudo dolor en un pie.
Jamás acudió al medico, pues decía que podía ser algo grave y no quería ni necesitaba saberlo. Además, al tomar una simple aspirina se calmaba su dolor. Cuando el dolor volvía, pues otra pastillita y ya.
Cuando el dolor era fuerte, tomaba dos. Así se la pasó el resto de su vida, entre el dolor del pie y el alivio que la medicina le proveía.
Cuando murió, por otras causas ajenas al dolor que tanto lo aquejaba, el médico que certificó su muerte, notó que tenía enterrado un clavito en el pie.
Así vivimos la vida, eludiendo nuestro dolor por miedo y llenándonos de paliativos, cuando la solución, la cual consideramos imposible de existir, está más cerca de lo que creemos.
Jamás acudió al medico, pues decía que podía ser algo grave y no quería ni necesitaba saberlo. Además, al tomar una simple aspirina se calmaba su dolor. Cuando el dolor volvía, pues otra pastillita y ya.
Cuando el dolor era fuerte, tomaba dos. Así se la pasó el resto de su vida, entre el dolor del pie y el alivio que la medicina le proveía.
Cuando murió, por otras causas ajenas al dolor que tanto lo aquejaba, el médico que certificó su muerte, notó que tenía enterrado un clavito en el pie.
Así vivimos la vida, eludiendo nuestro dolor por miedo y llenándonos de paliativos, cuando la solución, la cual consideramos imposible de existir, está más cerca de lo que creemos.
viernes, 13 de enero de 2012
En la entrada al circo...
Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo cola para comprar entradas para el circo.
Al final, solo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros.
Esta familia me impresiono mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Sé veía que no tenían mucho dinero. La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la cola, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano.
Hablaban con excitación de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo. Prometía ser un hecho saliente en su vida.
El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: " Eres mi caballero de brillante armadura". Él sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: "Tienes razón".
La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuantas entradas quería. Él respondió con orgullo: "Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo".
La empleada le indico el precio.
La mujer soltó la mano de su marido, ladeo su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse. Este se acerco un poco mas y pregunto: "¿ Cuánto dijo?".
La empleada volvió a repetirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo?.
Viendo lo que pasaba, papá puso la mano en el bolsillo, saco un billete de veinte dólares y lo tiro al suelo. Nosotros no éramos ricos en absoluto. Mi padre se agacho, recogió el billete, palmeo al hombre en el hombro y le dijo: "Disculpe, señor, se le cayo esto del bolsillo".
El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incomoda. Miro a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomo la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lagrima rodándole por la mejilla, contesto: " Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí".
Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo, pero no nos fuimos sin nada...
Al final, solo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros.
Esta familia me impresiono mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Sé veía que no tenían mucho dinero. La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la cola, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano.
Hablaban con excitación de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo. Prometía ser un hecho saliente en su vida.
El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: " Eres mi caballero de brillante armadura". Él sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: "Tienes razón".
La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuantas entradas quería. Él respondió con orgullo: "Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo".
La empleada le indico el precio.
La mujer soltó la mano de su marido, ladeo su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse. Este se acerco un poco mas y pregunto: "¿ Cuánto dijo?".
La empleada volvió a repetirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo?.
Viendo lo que pasaba, papá puso la mano en el bolsillo, saco un billete de veinte dólares y lo tiro al suelo. Nosotros no éramos ricos en absoluto. Mi padre se agacho, recogió el billete, palmeo al hombre en el hombro y le dijo: "Disculpe, señor, se le cayo esto del bolsillo".
El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incomoda. Miro a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomo la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lagrima rodándole por la mejilla, contesto: " Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí".
Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo, pero no nos fuimos sin nada...
jueves, 12 de enero de 2012
Cuestión de actitud...
La pequeña, bien perfumada y orgullosa anciana de 78 años, completamente vestida cada mañana a las 8 en punto, con su cabello arreglado a la moda y el maquillaje perfectamente aplicado, se muda hoy a un asilo. Lo que motivó la mudanza fue la muerte reciente de su esposo a los 80 años.
Después de muchas horas de esperar pacientemente en el recibidor del nuevo asilo, sonrió dulcemente, cuando se le dijo que su cuarto estaba listo.
Mientras se desplazaba con su andador hacia el elevador, le dieron una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de su ventana.
"Me encanta", afirmó, con el entusiasmo de un niño de 8 años al que le acaban de entregar una nueva mascota.
"Sra. Jones, no ha visto el cuarto, espere".
"Eso no importa", respondió. "La felicidad es algo que decides con el tiempo. Si me gusta o no mi cuarto, no depende de cómo estén arreglados los muebles, depende de cómo arregle mi mente."
"Ya he decidido que me gusta. Es una decisión que hago cada mañana, cuando me levanto. Puedo elegir: pasar el día en la cama, repasando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las que sí funcionan".
"Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos pensaré en el nuevo día y en los recuerdos felices que he almacenado sólo por ésta vez en mi vida".
Después de muchas horas de esperar pacientemente en el recibidor del nuevo asilo, sonrió dulcemente, cuando se le dijo que su cuarto estaba listo.
Mientras se desplazaba con su andador hacia el elevador, le dieron una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de su ventana.
"Me encanta", afirmó, con el entusiasmo de un niño de 8 años al que le acaban de entregar una nueva mascota.
"Sra. Jones, no ha visto el cuarto, espere".
"Eso no importa", respondió. "La felicidad es algo que decides con el tiempo. Si me gusta o no mi cuarto, no depende de cómo estén arreglados los muebles, depende de cómo arregle mi mente."
"Ya he decidido que me gusta. Es una decisión que hago cada mañana, cuando me levanto. Puedo elegir: pasar el día en la cama, repasando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las que sí funcionan".
"Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos pensaré en el nuevo día y en los recuerdos felices que he almacenado sólo por ésta vez en mi vida".
La tienda que Dios atendía...
Una mujer soñó que entraba a una tienda en el mercado y para su sorpresa encontraba a Dios atendiéndole.
"¿Qué vende aquí?" - preguntó.
"¡Todo lo que desea su corazón!" - contestó Dios.
Apenas creyendo lo que escuchaba, la señora decidió pedir lo mejor que podía desear un ser humano.
"Quiero una mente tranquila, amor, felicidad, sabiduría y ser libre del temor," - dijo.
Y luego agregó, - "no sólo para mí sino para todas las personas del mundo."
Dios sonrió, diciendo:
"Creo que no me has entendido, mujer, aquí no vendemos los frutos, aquí sólo vendemos las semillas."
Muchos queremos que nos den todo ya hecho, cuando lo mejor es hacerlos nosotros mismos...
"¿Qué vende aquí?" - preguntó.
"¡Todo lo que desea su corazón!" - contestó Dios.
Apenas creyendo lo que escuchaba, la señora decidió pedir lo mejor que podía desear un ser humano.
"Quiero una mente tranquila, amor, felicidad, sabiduría y ser libre del temor," - dijo.
Y luego agregó, - "no sólo para mí sino para todas las personas del mundo."
Dios sonrió, diciendo:
"Creo que no me has entendido, mujer, aquí no vendemos los frutos, aquí sólo vendemos las semillas."
Muchos queremos que nos den todo ya hecho, cuando lo mejor es hacerlos nosotros mismos...
miércoles, 11 de enero de 2012
¿Existe el Ratoncito Pérez?...
Harriet le dijo a su hermano pequeño Dan que no existía el Ratoncito Pérez: eran sus padres los que ponían el dinero debajo de la almohada.
Dan no creyó a Harriet. El sabía que existía el Ratoncito Pérez. Cada vez que ponía un diente debajo de su almohada, a la mañana siguiente aparecía dinero. Y todos sus amigos también decían que el Ratoncito Pérez les traía dinero. Y no podían ser papá y mamá porque se habría despertado cuando hubiesen entrado en su habitación y levantado la almohada. Además, papá y mamá decían que era el Ratoncito Pérez el que dejaba el dinero por las noches, y ellos nunca le mentirían.
Harriet consiguió que varios niños del vecindario le ayudaran a comprobar si el Ratoncito Pérez aparecía cuando sus padres no sabían que se les había caído un diente. Al parecer, cada vez que los padres tenían conocimiento de la situación, aparecía dinero debajo de la almohada a la mañana siguiente, pero si no lo sabían, el diente seguía ahí al amanecer. Dan dijo que el Ratoncito Pérez simplemente rechazaba participar en esos casos, y que no traería dinero si sabía que se le estaba poniendo a prueba.
Harriet sacó del armario su Kit del Detective Junior y buscó huellas en el dinero que el Ratoncito Pérez dejaba a Dan, encontrando las huellas de sus padres. Dan dijo que eso no probaba nada, porque había muchas maneras en las que el Ratoncito Pérez podía hacerse con dinero que previamente hubiesen tocado sus padres. O podía poner ahí las huellas de forma mágica para confundir a la gente. Y, por supuesto, el Ratoncito Pérez nunca dejaría sus propias huellas porque es un ser mágico.
La siguiente vez que a Dan se le cayó un diente, Harriet espolvoreó harina en el suelo, y a la mañana siguiente le enseñó a Dan las huellas de sus padres. Él dijo que eso no probaba nada: probablemente sus padres simplemente se habían acercado a ver cómo estaba, y el Ratoncito Pérez había llegado más tarde. No había huellas del Ratoncito Pérez porque se puede meter por huecos entre las paredes y no tenía que pasar justamente por encima de la harina.
La siguiente vez, Harriet colocó una cámara de vídeo en la habitación de Dan y pilló a sus padres en el acto (en el acto de coger el diente de debajo de la almohada y poner dinero en su lugar, claro está.) Dan dijo que eso tampoco probaba nada. Quizá el Ratoncito Pérez no aparecía si había una cámara grabando. Quizá tiene la capacidad de cambiar de forma y parecerse a sus padres en la grabación. Quizá le pidió a papá y a mamá el favor de hacer el cambio sólo esta vez.
Harriet cogió a Dan y le llevó a la habitación de sus padres, abrió un armario y le enseñó una caja que contenía todos los dientes que se les habían ido cayendo, perfectamente etiquetados y fechados. Ella dijo que eso era prueba suficiente de que sus padres estaban cogiendo los dientes y dejando el dinero. Dan dijo que eso no era correcto; el Ratoncito Pérez probablemente les daba a sus padres los dientes como recuerdo, o quizá se los vendía para conseguir más dinero que poner debajo de la almohada la próxima vez. ¡Eh, eso explicaría las huellas en los billetes!
Harriet y Dan hablaron con sus padres, que admitieron que eran ellos los que cogían los dientes y dejaban el dinero. Dan dijo que probablemente estaban mintiendo. ¿Por qué creerse lo que dice la gente? Él simplemente iba a ignorarlo todo excepto lo que sabía: que el mecanismo de dejar un diente debajo de la almohada funcionaba. Que el Ratoncito Pérez era real.
Harriet gritó de frustración y se arrancó el pelo a tirones. Lo dejó bajo su almohada. A la mañana siguiente, aún seguía allí.
Siempre creemos lo que queramos creer, nuestras metas y nuestros sueños son nuestros y no debes permitir que nadie no te permita creer en ellos aunque no existan... ¡¡¡No pierdas tu optimismo!!!
Dan no creyó a Harriet. El sabía que existía el Ratoncito Pérez. Cada vez que ponía un diente debajo de su almohada, a la mañana siguiente aparecía dinero. Y todos sus amigos también decían que el Ratoncito Pérez les traía dinero. Y no podían ser papá y mamá porque se habría despertado cuando hubiesen entrado en su habitación y levantado la almohada. Además, papá y mamá decían que era el Ratoncito Pérez el que dejaba el dinero por las noches, y ellos nunca le mentirían.
Harriet consiguió que varios niños del vecindario le ayudaran a comprobar si el Ratoncito Pérez aparecía cuando sus padres no sabían que se les había caído un diente. Al parecer, cada vez que los padres tenían conocimiento de la situación, aparecía dinero debajo de la almohada a la mañana siguiente, pero si no lo sabían, el diente seguía ahí al amanecer. Dan dijo que el Ratoncito Pérez simplemente rechazaba participar en esos casos, y que no traería dinero si sabía que se le estaba poniendo a prueba.
Harriet sacó del armario su Kit del Detective Junior y buscó huellas en el dinero que el Ratoncito Pérez dejaba a Dan, encontrando las huellas de sus padres. Dan dijo que eso no probaba nada, porque había muchas maneras en las que el Ratoncito Pérez podía hacerse con dinero que previamente hubiesen tocado sus padres. O podía poner ahí las huellas de forma mágica para confundir a la gente. Y, por supuesto, el Ratoncito Pérez nunca dejaría sus propias huellas porque es un ser mágico.
La siguiente vez que a Dan se le cayó un diente, Harriet espolvoreó harina en el suelo, y a la mañana siguiente le enseñó a Dan las huellas de sus padres. Él dijo que eso no probaba nada: probablemente sus padres simplemente se habían acercado a ver cómo estaba, y el Ratoncito Pérez había llegado más tarde. No había huellas del Ratoncito Pérez porque se puede meter por huecos entre las paredes y no tenía que pasar justamente por encima de la harina.
La siguiente vez, Harriet colocó una cámara de vídeo en la habitación de Dan y pilló a sus padres en el acto (en el acto de coger el diente de debajo de la almohada y poner dinero en su lugar, claro está.) Dan dijo que eso tampoco probaba nada. Quizá el Ratoncito Pérez no aparecía si había una cámara grabando. Quizá tiene la capacidad de cambiar de forma y parecerse a sus padres en la grabación. Quizá le pidió a papá y a mamá el favor de hacer el cambio sólo esta vez.
Harriet cogió a Dan y le llevó a la habitación de sus padres, abrió un armario y le enseñó una caja que contenía todos los dientes que se les habían ido cayendo, perfectamente etiquetados y fechados. Ella dijo que eso era prueba suficiente de que sus padres estaban cogiendo los dientes y dejando el dinero. Dan dijo que eso no era correcto; el Ratoncito Pérez probablemente les daba a sus padres los dientes como recuerdo, o quizá se los vendía para conseguir más dinero que poner debajo de la almohada la próxima vez. ¡Eh, eso explicaría las huellas en los billetes!
Harriet y Dan hablaron con sus padres, que admitieron que eran ellos los que cogían los dientes y dejaban el dinero. Dan dijo que probablemente estaban mintiendo. ¿Por qué creerse lo que dice la gente? Él simplemente iba a ignorarlo todo excepto lo que sabía: que el mecanismo de dejar un diente debajo de la almohada funcionaba. Que el Ratoncito Pérez era real.
Harriet gritó de frustración y se arrancó el pelo a tirones. Lo dejó bajo su almohada. A la mañana siguiente, aún seguía allí.
Siempre creemos lo que queramos creer, nuestras metas y nuestros sueños son nuestros y no debes permitir que nadie no te permita creer en ellos aunque no existan... ¡¡¡No pierdas tu optimismo!!!
He aprendido...
He aprendido por sobre todas las cosas que Dios existe, que El tiene todo bajo control y que siempre esta mas cerca de lo que nosotros pensamos.
Que Todos los males del hombre provienen de la falta de Dios. El no ve las apariencias sino ve nuestros corazones e intenciones.
Que la vida es bella a pesar de sus sin sabores y altibajos, que solo tenemos una vida y es nuestra responsabilidad vivirla al máximo.
La vida es un banquete y solo los tontos se mueren de hambre. ¡Vale la pena vivir!
Que cada día que a vida nos da, es una oportunidad única de amar, de vivir, de luchar, de amar, de creer en lo imposible, de soñar y de ¡ser uno mismo!
Que la felicidad como tal no existe, que solo existen momentos felices, aquellos que pueden venir cuando estamos enamorados, cuando contemplamos la naturaleza, cuando abrazamos a alguien, cuando hacemos una buena acción, cuando ayudamos al necesitado y al caído. La felicidad consiste no en lo que tenemos sino en lo que disfrutamos. Nunca es tarde para ser feliz...
Que el amor puede llevarnos al éxtasis pero también puede llevarnos a las profundidades del dolor y la tristeza, pero vivir la vida sin amor, no es vivir. Solo el que ama de verdad puede perdonar, solo el que ama puede entregar su vida para que otros vivan. El amor nos persigue y esta presente en el cuidado de una madre, en el abrazo del amigo, en la mirada de nuestros seres amados y en cada instante que vivimos.
Que un amigo, es otra forma que Dios tiene para expresarnos su amor, los verdaderos amigos son regalos del cielo y que nunca hay que descuidarlos, hay que amarles y demostrarles que los amas!
Que hay cosas que solo las entendemos con el paso del tiempo, el tiempo es la mejor cura para los males del corazón, el tiempo es implacable, por eso debemos aprovechar cada minuto como si fuera el ultimo. Que debemos decidir olvidar y perdonar para ser felices y que esa decisión puede costar mucho tiempo y esfuerzo.
Que la muerte, llega sin avisar y que todos tarde o temprano tenemos una cita con ella, ella esta allí, para recordarnos que estamos vivos y que aunque siempre sea dolorosa y muchas veces incomprendida, puede enseñarnos a amar nuestros semejantes mientras están vivos. Llevémosles flores mientras puedan olerlas...
Que son los pequeños detalles los que hacen la diferencia, que deberíamos esforzarnos por ser hombres y mujeres llenos de detalles bonitos hacia los que nos rodean. Que los detalles, por mas mínimos que parezcan, pueden destruir grandes esfuerzos. Sin tan solo comprendiéramos el valor tan grande de una mirada, de una palabra, de un instante, ¡que diferente seria el mundo!
Que hay personas buenas y malas, debemos hacer lo posible por aprender lo bueno de las buenas y evitar imitar lo malo de las malas, pero también debemos hacer lo imposible por ser nosotros mismos: ¡únicos, especiales, auténticos e irrepetibles!
Que la actitud es siempre mas importante que lo que te ocurra, la actitud lo es todo, no importa lo adverso de las circunstancias!. Nunca pierdas la fe ni en Dios ni en ti mismo, ya que las grandes pruebas nos preparan para los grandes triunfos...
Que debemos valorar a nuestros ancianos, respetar a nuestros niños y motivar a los jóvenes a creer en un mañana prometedor, a soñar con lo imposible y a ser capaces de hacer sus sueños realidad sin necesidad de atropellar a los demás.
Que lo que duele no es la mentira sino el engaño, que no duele lo que te dicen sino como te lo dicen, que no duele el golpe sino quien te lo da, que las apariencias engañan y que siempre tratamos de mostrarnos exactamente como queremos que los demás nos vean y no como somos realmente.
Que aunque parezca increíble hay decisiones muy pequeñas por las cuales podemos arrepentirnos el resto de nuestra vida! Por lo tanto hay que pensar y meditar bien nuestras decisiones antes de tomarlas.
Que Dios nos ha dado el poder de elegir entre la tristeza y la alegría, la salud y la enfermedad, la bendición y la maldición, entre el amor y el sufrimiento y somos nosotros los que decidimos finalmente que hacer con nuestro destino, somos responsables por lo que sentimos, tenemos y hacemos...
Y finalmente que ¡nunca es demasiado tarde para reconocer nuestros errores, aprender y volver a empezar de nuevo!
Que Todos los males del hombre provienen de la falta de Dios. El no ve las apariencias sino ve nuestros corazones e intenciones.
Que la vida es bella a pesar de sus sin sabores y altibajos, que solo tenemos una vida y es nuestra responsabilidad vivirla al máximo.
La vida es un banquete y solo los tontos se mueren de hambre. ¡Vale la pena vivir!
Que cada día que a vida nos da, es una oportunidad única de amar, de vivir, de luchar, de amar, de creer en lo imposible, de soñar y de ¡ser uno mismo!
Que la felicidad como tal no existe, que solo existen momentos felices, aquellos que pueden venir cuando estamos enamorados, cuando contemplamos la naturaleza, cuando abrazamos a alguien, cuando hacemos una buena acción, cuando ayudamos al necesitado y al caído. La felicidad consiste no en lo que tenemos sino en lo que disfrutamos. Nunca es tarde para ser feliz...
Que el amor puede llevarnos al éxtasis pero también puede llevarnos a las profundidades del dolor y la tristeza, pero vivir la vida sin amor, no es vivir. Solo el que ama de verdad puede perdonar, solo el que ama puede entregar su vida para que otros vivan. El amor nos persigue y esta presente en el cuidado de una madre, en el abrazo del amigo, en la mirada de nuestros seres amados y en cada instante que vivimos.
Que un amigo, es otra forma que Dios tiene para expresarnos su amor, los verdaderos amigos son regalos del cielo y que nunca hay que descuidarlos, hay que amarles y demostrarles que los amas!
Que hay cosas que solo las entendemos con el paso del tiempo, el tiempo es la mejor cura para los males del corazón, el tiempo es implacable, por eso debemos aprovechar cada minuto como si fuera el ultimo. Que debemos decidir olvidar y perdonar para ser felices y que esa decisión puede costar mucho tiempo y esfuerzo.
Que la muerte, llega sin avisar y que todos tarde o temprano tenemos una cita con ella, ella esta allí, para recordarnos que estamos vivos y que aunque siempre sea dolorosa y muchas veces incomprendida, puede enseñarnos a amar nuestros semejantes mientras están vivos. Llevémosles flores mientras puedan olerlas...
Que son los pequeños detalles los que hacen la diferencia, que deberíamos esforzarnos por ser hombres y mujeres llenos de detalles bonitos hacia los que nos rodean. Que los detalles, por mas mínimos que parezcan, pueden destruir grandes esfuerzos. Sin tan solo comprendiéramos el valor tan grande de una mirada, de una palabra, de un instante, ¡que diferente seria el mundo!
Que hay personas buenas y malas, debemos hacer lo posible por aprender lo bueno de las buenas y evitar imitar lo malo de las malas, pero también debemos hacer lo imposible por ser nosotros mismos: ¡únicos, especiales, auténticos e irrepetibles!
Que la actitud es siempre mas importante que lo que te ocurra, la actitud lo es todo, no importa lo adverso de las circunstancias!. Nunca pierdas la fe ni en Dios ni en ti mismo, ya que las grandes pruebas nos preparan para los grandes triunfos...
Que debemos valorar a nuestros ancianos, respetar a nuestros niños y motivar a los jóvenes a creer en un mañana prometedor, a soñar con lo imposible y a ser capaces de hacer sus sueños realidad sin necesidad de atropellar a los demás.
Que lo que duele no es la mentira sino el engaño, que no duele lo que te dicen sino como te lo dicen, que no duele el golpe sino quien te lo da, que las apariencias engañan y que siempre tratamos de mostrarnos exactamente como queremos que los demás nos vean y no como somos realmente.
Que aunque parezca increíble hay decisiones muy pequeñas por las cuales podemos arrepentirnos el resto de nuestra vida! Por lo tanto hay que pensar y meditar bien nuestras decisiones antes de tomarlas.
Que Dios nos ha dado el poder de elegir entre la tristeza y la alegría, la salud y la enfermedad, la bendición y la maldición, entre el amor y el sufrimiento y somos nosotros los que decidimos finalmente que hacer con nuestro destino, somos responsables por lo que sentimos, tenemos y hacemos...
Y finalmente que ¡nunca es demasiado tarde para reconocer nuestros errores, aprender y volver a empezar de nuevo!
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