Que mi piel se vuelve áspera sin tu sudor, que la cabeza me da vueltas y la angustia me hace presa todas las mañanas.
Que sólo duermo para conseguirte en sueños, que fumo para sentirme real y bebo para recordarte clarito.
Que las noches se me han hecho grandes, que la cama lastima mi cuerpo, que desearía dormir sobre el tuyo o abajo, a lado, pero contigo.
Que la ausencia te clama, que te traigo a mí antes de dormir.
Que no estoy rota, ni vacía, sólo estoy muy llena, muy llena y sin ti.”
— Corazón con alas de petate, Mercedes Reyes Arteaga.